Cuestiones de psicología y antropológía, en las que se requiere un enfoque
fuertemente conectado con la realidad y con la naturaleza trascendente,
espiritual y compleja de la persona humana y de todas sus dimensiones.
EL SÍNDROME DEL NIÑO QUE NO PUEDE RESISTIR LA MÁS MÍNIMA FRUSTRACIÓN
Imagine que tiene cuatro años de edad y que alguien le hace la siguiente propuesta: «Ahora debo marcharme y regresaré en unos veinte minutos. Si lo deseas puedes tomar una golosina pero, si esperas a que vuelva, te daré dos» . Así empieza el capítulo sobre el test de las golosinas del más famoso libro de Daniel Goleman. El autor del célebre ensayo “Inteligencia emocional” sigue explicando:
Para un niño de cuatro años de edad éste es un verdadero desafío, una lucha entre el impulso y su represión, entre el deseo y el autocontrol, entre la gratificación y su demora. Y sea cual fuere la decisión que tome el niño, constituye un test que no sólo refleja su carácter sino que también permite determinar la trayectoria probable que seguirá a lo largo de su vida.
Tal vez no hay una habilidad psicológica más esencial que la de resistir al impulso. Ese es el fundamento mismo de cualquier autocontrol emocional, puesto que toda emoción, por su misma naturaleza, implica un impulso para actuar (recordemos que el mismo significado etimológico de la palabra emoción, es del de «mover»). Es muy posible que la capacidad de resistir al impulso, la capacidad de reprimir el movimiento incipiente, se traduzca, al nivel de función cerebral, en una inhibición de las señales límbicas que se dirigen al córtex motor.
Cuenta Goleman que Walter Mischel llevó a cabo una investigación con preescolares de cuatro años de edad a quienes se les planteaba la cuestión que demuestra la extraordinaria importancia de la capacidad de refrenar las emociones y demorar los impulsos. Esta investigación, que se realizó en el campus de la Universidad de Stanford con hijos de profesores, empleados y licenciados, prosiguió cuando los niños terminaron la enseñanza secundaria. Algunos de los niños de cuatro años de edad fueron capaces de esperar lo que seguramente les pareció una verdadera eternidad hasta que volviera el experimentador. Y fueron muchos los métodos que utilizaron para alcanzar su propósito y recibir las dos golosinas como recompensa: taparse el rostro para no ver la tentación, mirar al suelo, hablar consigo mismos, cantar, jugar con sus manos y sus pies e incluso intentar dormir. Pero otros, más impulsivos, cogieron la golosina a los pocos segundos de que el experimentador abandonara la habitación.
El poder diagnóstico de la forma en que los niños manejaban sus impulsos quedó claro doce o catorce años más tarde, cuando la investigación rastreó lo que había sido de aquellos niños, ahora adolescentes. La diferencia emocional y social existente entre quienes se apresuraron a coger la golosina y aquéllos otros que demoraron la gratificación fue contundente. Los que a los cuatro años de edad habían resistido a la tentación eran socialmente más competentes, mostraban una mayor eficacia personal, eran más emprendedores y más capaces de afrontar las frustraciones de la vida. Se trataba de adolescentes poco proclives a desmoralizarse, estancarse o experimentar algún tipo de regresión ante las situaciones tensas, adolescentes que no se desconcertaban ni se quedaban sin respuesta cuando se les presionaba, adolescentes que no huían de los riesgos sino que los afrontaban e incluso los buscaban, adolescentes que confiaban en sí mismos y en los que también confiaban sus compañeros, adolescentes honrados y responsables que tomaban la iniciativa y se zambullían en todo tipo de proyectos. Y, más de una década después, seguían siendo capaces de demorar la gratificación en la búsqueda de sus objetivos.
En cambio, el tercio aproximado de preescolares que cogió la golosina presentaba una radiografía psicológica más problemática. Eran adolescentes más temerosos de los contactos sociales, más testarudos, más indecisos, más perturbados por las frustraciones, más inclinados a considerarse «malos» o poco merecedores, a caer en la regresión o a quedarse paralizados ante las situaciones tensas, a ser desconfiados, resentidos, celosos y envidiosos, a reaccionar desproporcionadamente y a enzarzarse en toda clase de discusiones y peleas. Y al cabo de todos esos años seguían siendo incapaces de demorar la gratificación.
Así pues, las aptitudes que despuntan tempranamente en la vida terminan floreciendo y dando lugar a un amplio abanico de habilidades sociales y emocionales. En este sentido, la capacidad de demorar los impulsos constituye una facultad fundamental que permite llevar a cabo una gran cantidad de actividades, desde seguir una dieta hasta terminar la carrera de medicina. Hay niños que a los cuatro años de edad ya llegan a dominar lo básico, y son capaces de percatarse de las ventajas sociales de demorar la gratificación de sus impulsos, desvían su atención de la tentación presente y se distraen mientras siguen perseverando en el logro de su objetivo: las dos golosinas.
Pero lo más sorprendente es que, cuando los niños fueron evaluados de nuevo al terminar el instituto, el rendimiento académico de quienes habían esperado pacientemente a los cuatro años de edad era muy superior al de aquéllos otros que se habían dejado arrastrar por sus impulsos. Según la evaluación llevada a cabo por sus mismos padres, se trataba de adolescentes más competentes, más capaces de expresar con palabras sus ideas, de utilizar y responder a la razón, de concentrarse, de hacer planes, de llevarlos a cabo, y se mostraron muy predispuestos a aprender. Y, lo que resulta más asombroso todavía, es que estos chicos obtuvieron mejores notas en los exámenes SAT. El tercio aproximado de los niños que a los cuatro años no pudieron resistir la tentación y se apresuraron a coger la golosina obtuvieron una puntuación verbal de 524 y una puntuación cuantitativa («matemática» ) de 528, mientras que el tercio de quienes esperaron el regreso del experimentador alcanzó una puntuación promedio de 610 y 652, respectivamente (una diferencia global de 210 puntos).
La forma en que los niños de cuatro años de edad responden a este test de demora de la gratificación constituye un poderoso predictor tanto del resultado de su examen SAT como de su CI; el CI, por su parte, sólo predice adecuadamente el resultado del examen SAT después de que los niños aprendan a leer. “Esto parece indicar que la capacidad de demorar la gratificación contribuye al potencial intelectual de un modo completamente ajeno al mismo CI (El pobre control de los impulsos durante la infancia también es un poderoso predictor de la conducta delictiva posterior, mucho mejor que el CI)”. Como veremos en la cuarta parte, aunque hay quienes consideren que el CI no puede cambiarse y que constituye una limitación inalterable de los potenciales vitales del niño, cada vez existe un convencimiento mayor de que habilidades emocionales como el dominio de los impulsos y la capacidad de leer las situaciones sociales es algo que puede aprenderse.
Así pues, lo que Walter Mischel, el autor de esta investigación, describe con el farragoso enunciado de «la demora de la gratificación autoimpuesta dirigida a metas» —la capacidad de reprimir los impulsos al servicio de un objetivo (ya sea levantar una empresa, resolver un problema de álgebra o ganar la Copa Stanley)— tal vez constituya la esencia de la autorregulación emocional. Este descubrimiento subraya el papel de la inteligencia emocional como una metahabilidad que determina la forma —adecuada o inadecuada— en que las personas son capaces de utilizar el resto de sus capacidades mentales.
EL SÍNDROME DEL NIÑO QUE TIENE DE TODO DEMASIADO
Si a los niños y niñas les damos demasiadas cosas habitualmente, el día que no reciban todo lo que esperan, se sentirán frustrados e insatisfechos.
Muchos piensan equivocadamente que los niños necesitan recibir muchos obsequios para ser felices. A menudo, acabamos regalando mucho más de lo necesario y generando expectativas hacia los objetos. Esto provoca que muchos de los regalos que desean nuestros pequeños sean deseos momentáneos en vez de necesidades objetivas y que la satisfacción de tenerlos les dure muy poco tiempo.
El exceso de cosas suele tener connotaciones muy negativas y provocar el síndrome del niño sobreregalado. Un síndrome que provoca que nuestros hijos se vuelvan caprichosos, egoístas y consumistas.
Un exceso de juguetes causa que los pequeños no aprecien los obsequios que reciben, que sientan que nunca son los suficientes o los adecuados. Esta superabundancia de obsequios les hará sentir tristes e insatisfechos, les arrebatará la ilusión y les dificultará el desarrollo de una adecuada tolerancia a la frustración.
Los niños que son educados en la excesiva abundancia muestran muchas dificultades para valorar todo aquello que tienen y para ser agradecidos. El día que no reciban todos los regalos que esperan, se sentirán frustrados e insatisfechos. Esto puede provocar que se conviertan en personas muy exigentes y egocéntricos, con muchas dificultades para desarrollar virtudes tan importantes como la generosidad o la empatía. Además, esta superabundancia de cosas materiales no les ayudará a favorecer la imaginación y la creatividad.
A la hora de redactar la carta a los Reyes Magos sería muy importante que les pautemos el número de juguetes que pueden pedir. Podemos utilizar la “técnica de los cuatro regalos”, una propuesta que nos ayudará a poner sensatez y buscar una lógica educativa a sus deseos. Esta regla propone a nuestros hijos pedir un máximo de cuatro cosas. La primera debe ser alguna cosa que desee mucho, aquello que desea de verdad. El segundo deberá ser algún objeto que realmente necesite como una mochila nueva para ir a la escuela o una raqueta para los entrenamientos. El tercer regalo debe ser alguna cosa que se pueda poner, como unos zapatos, una chaqueta o unos guantes. Por último, el cuarto regalo estará relacionado con la lectura o las manualidades y podemos acompañarles a una tienda para que puedan elegir. En algunas casas, hay una única norma, se pueden pedir tres regalos: un libro individual, otro para compartir con el resto de la familia y otra cosa para aprender alguna habilidad u ocupación que le gustaría tener.
APRENDER A RESPIRAR PARA OXIGENAR EL CEREBRO, MEJORANDO LAS FUNCIONES DE TODO EL SNC.
Cómo se realiza la fisioterapia respiratoria.
Los ejercicios respiratorios tienen como objetivo optmizar el esfuerzo respiratorio, mejorar la oxigenación y aumentar la función ventilatoria. Los procedimientos que emplea la terapia física, consisten en fisioterapia respiratoria, ejercicios respiratorios y entrenamiento de los músculos respiratorios.
Por medio de esta fisioterapia respiratoria se puede lograr una mejoría de la capacidad física y deportiva, así como la optimización del rentimiento cognitivo, académico, laboral, de la estabilidad emocional e incluso afectiva, como en el caso de la alexitimia nerviosa.
La ventilación o respiración diafragmática, implica la acción y los movimientos de las estructuras que se encuentran en el cuello y la cavidad torácica, que pertenecen a los sistemas pulmonar, muscular, esquelético y cardíaco, proporcionando un sistema adecuado para que el aire fluya hacia los pulmones y de ese modo se oxigene todo el sistema nervioso, ya que el SNC coordina todos nuestros procesos corporales. El cerebro es el órgano que más oxígeno consume y aunque representa el 2% del peso corporal, consume un 20% del oxígeno que absorvemos.
ADICCIONES Y DEPENDENCIAS
La dependencia está agazapada en el bosque de las neuronas. Para bien y para mal, nuestro estado natural es la dependencia. El autocontrol es fruto de un duro proceso de liberación de cada persona frente a sus dependencias naturales o aprendidas. Las drogas tienen un efecto reforzador colosal. Lo demuestra la experiencia con monos cocainómanos: en el laboratorio, los animales trabajan sin descanso, apretando una palanca hasta 12.000 veces, para conseguir una dosis única de cocaína. Eligen la cocaína antes que la comida, el agua, el sexo o la vida misma. Son capaces de resistir el poder del incentivo y mueren de sobredosis. El gesto del drogadicto que compra una papelina y se refugia apresuradamente detrás de la tapia más cercana para inyectársela recuerda el gesto convulsivo y triste del mono en el laboratorio, apretando frenéticamente la palanca. España es uno de los mayores consumidores de cocaína, hachís y drogas de diseño de toda la UE.
Autor: VVAA.
ADOLESCENCIA
La edad considerada convencionalmente como “joven” en sociología es la comprendida entre los 15 y los 29 años. Nos enfrentamos, por lo tanto, con enormes diferencias de edad y grados de madurez psicológicas y fisiológicas. Hay, pues, una gran diversidad. (…) Veamos las notas más destacadas de esta etapa, según los diversos estudios: a) Identidad débil. La sociedad pluralista y compleja actual ofrece un número casi ilimitado de propuestas, siendo muchas de ellas contradictorias. Los adolescentes y jóvenes llegan a apreciar todo por igual, y a rechazar o dudar sobre la credibilidad de los absolutos que procedan del exterior. El resultado suele ser unos jóvenes que cambian frecuentemente —según las influencias de las múltiples lógicas—, inseguros, sin pasión, y que evitan la elaboración de un proyecto vital coherente. Son sumamente tolerantes con los que mantienen otros planteamientos. b) Absolutización del presente. Encuestas hechas en Europa y Estados Unidos muestran la resistencia psicológica para aprender los sucesos y personajes históricos del propio país. Además, la crisis económica actual no facilita que el futuro aparezca como prometedor sino más bien como incierto y amenazador. En consecuencia, sobre la ignorancia de las raíces históricas y el miedo al futuro, el presente aparece enormemente valorado y hay una oposición a todo lo que signifique atadura a un proyecto vital para siempre y que impida tener varias puertas abiertas simultáneamente. c) Sobrevaloración de la experiencia. Se observa una escasa capacidad especulativa de los jóvenes actuales. Tienden a la vivencia desde lo concreto. La inteligencia en gran medida está apagada, la voluntad dormida —por la ausencia de proyectos— y las sensaciones desorbitadas. Lo verdadero, bueno y bello es valorado desde las emociones subjetivas y reducido a lo “alucinante” y “novedoso” por sí mismo. d) Ética de la satisfacción sin conexión con el perfeccionamiento personal. Los padres de los jóvenes actuales señalaban como prioritarios el desarrollo de la inteligencia, el trabajo y los estudios, relegando el agrado a los últimos lugares. Los jóvenes actuales —por el contrario— eligieron como prioritario saber adaptarse a todo y tener una personalidad agradable, antes que trabajar mucho y tener estudios superiores. La ética juvenil de satisfacción, por lo tanto, tiene como reglas principales: el pragmatismo del momento acomodado a cada contexto vital concreto; el deseo consumista, que ocupa un lugar preponderante porque crea sensaciones —aunque ficticias— de seguridad; la práctica de una vida sexual libre y desinhibida mayor que los jóvenes de otros países europeos. e) Actitudes ante el trabajo y el ocio. Los datos más completos que existen hoy corresponden al Informe Juventud en España 1988 donde se investigó cómo ocupaban los jóvenes las veinticuatro horas de un día laborable. Es costumbre distinguir entre ocios activos —los que requieren del sujeto la realización de una actividad— y ocios pasivos —en los que el sujeto es pasivo y recibe la acción de otros—. Los ocios pasivos dominan ampliamente: el cambio más llamativo entre 1983 y 1988 es la disminución de la lectura de libros casi a la mitad (de 23 a 14 min.) y el aumento del uso de la televisión (desde 1 h. 23 min. hasta 2 h. 1 min.); es decir, van siendo menos lectores y más adictos a la televisión. Los ocios activos suman en total no más de media hora. Sólo el 1,5 % de los jóvenes declaran haber realizado alguna actividad religiosa durante el día. f) La autenticidad como valor. La autenticidad es entendida como manifestación o exteriorización llana de lo que se siente en cada momento, sin valorar la coherencia y la profundidad de lo expresado. En parte es una reacción frente a los adultos, que dicen lo que hay que decir pero luego hacen lo que les conviene hacer. g) Exaltación de lo privado frente a lo público o social. Los jóvenes de Mayo del 68 quieren asumir el protagonismo de la revolución, pero posteriormente terminan incorporándose a los intereses institucionales y viviendo la crisis de las grandes utopías que preconizaban. En cambio, los jóvenes actuales —hijos de aquéllos— son generalmente fatalistas ante el futuro porque abandonan cualquier esperanza de cambiar el mundo, y prefieren lo privado frente a lo público.
Autor: Dr. Diego Porras, Doctor en Filosofía y sacerdote de la SSSC.
ADOLESCENTES Y SUICIDIOS
Cerca de 2000 jóvenes intentan cada año quitarse la vida en España. Pero el suicidio sigue siendo un tema tabú, de esos de los que la familia no quiere hablar y más aún si se produce en la infancia y la adolescencia. Sin embargo es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 25 años. Muchos lo intentan sin conseguirlo, pero uno de cada dos, lo intenta de nuevo.
Uno de los factores puede ser la depresión, igual que ocurre en los adultos, pero también en ocasiones el suicidio responde a actos impulsivos en situaciones de crisis personal o existencial después de acontecimientos personales que no han salido como se esperaba, muchas veces rupturas sentimentales.
Los adolescentes con problemas depresivos se muestran irritables, agresivos, duermen en exceso, muestran conductas disociales y de riesgo, como abuso de alcohol y drogas, y falta de actividad diaria.
En España en los adolescentes tratados de depresión suele utilizarse la fluoxetina, porque otros antidepresivos pueden inducir a la idea de suicidio. Pero es importante cuando se toma un antidepresivo no saltarse las tomas o dejarlo por las buenas, las consecuencias pueden ser peores que al principio.
Existe una página web: " www.suicidioprevencion.com ", en la que los internautas con pensamientos suicidas pueden encontrar ayuda y prevención, su intención es contrarrestar esas otras que existen en las que prácticamente se hace apología del suicidio. Lo importante es que el adolescente pueda hablar con su familia y saber que un fracaso, cualquiera que sea, no es el final, todo puede arreglarse con paciencia y dándole a la vida nuevas oportunidades.
AGNOSIA
Consiste en el deficit de inteligencia moral. No todo lo esencial para la vida humana es consciente y se ejerce reflexivamente. Hay realidades esenciales que pueden permanecer durante toda la existencia personal en el subconsciente sin aflorar al plano de la autoconciencia reflexiva. Tal es el caso de las tendencias morales básicas, que cuando se hacen conscientes, se formulan como máximas morales, mientras que, si son inconscientes, actúan en la intimidad subjetiva como principios de la morali- dad percibidos por la sindéresis, que es la facultad encargada de captar las evidencias que proceden de los principios morales. Algunas veces las tendencias morales no emergen claramente porque el sujeto las reprime por miedo (miedo a perder la libertad o a afrontar la realidad) o por deseo de placer (que bloquea o ciega la mente). En las conductas agnósticas el sujeto desarrolla una acción de represión consciente o in- consciente de las tendencias morales innatas subconscientes, o por medio de un exceso de análisis o actividad reflexiva (hiperreflexión) o por insuficiencia de esta misma actividad (hiporreflexión), dominada por el principio de placer, lo cual se lleva a cabo a expensas de una correcta estructuración del carácter, que se va construyendo así sin recursos morales con referente y sentido externo al yo. Cuando se produce este fenómeno psicopatológico, sólo se logra integrar en la personalidad algunos recursos pseudomorales, para sobrevivir sin hacer una quiebra existencial. En reali- dad son lo que podríamos llamar "recursos inmorales", callo o piel dura. Estos recursos pseudomorales se caracterizan por estar dominados por el pensamiento egocéntrico, regido por una psicodinamia centrípleta (sólo se concibe el mundo en la órbita del yo, que decide deci- dir sobre el bien y el mal, pero sin referencia a la realidad). Por el contrario, cuando la actividad psíquica está dominada por el principio de realidad, emerge el pensamiento moral subconsciente de forma natural, favoreciendo una correcta estructuración de la personalidad completa; lo cual significa que el carácter es capaz de controlar las tendencias del temperamento gracias a la reflexión crítica y científica, y toda la actividad psíquica consciente e inconsciente se hace centrífuga y teocéntrica (en la órbita de Dios). Si la reprensión de las tendencias morales es inconsciente, la conducta agnóstica puede ocasionar una neurosis noógena (V. Frankl). Cuando la reprensión es consciente, tenemos una hipertrofia de la racionalidad científica (racionalismo) en forma de escepticismo o de idealismo patógenos.
Autor: Dr. Víctor Mani-Ribera, Director del IAD y Consultor de Recursos Humanos.
ALEXITIMIA
En 1972, Peter Sifneos introduce el término "alexitimia" para referirse a un trastorno psíquico caracterizado por la incapacidad para identificar, reconocer y expresar emociones y sentimientos. En ocasiones la alexitímia es consecuencia de una lesión o intervención quirúrgica en el cerebro, pero suele ser sobre todo un problema de origen psíquico (experiencias muy negativas o frustrantes), posiblemente en individuos genéticamente predispuestos. Quienes lo padecen, más hombres que mujeres, son personas con dificultades para reaccionar con prontitud ante las exigencias morales y con escasa capacidad de iniciativa. Por ejemplo, no saben con seguridad si lo que sienten es miedo o ira, amor o egoísmo, orgullo o humillación, culpabilidad o arrepentimiento. Algunas personas no expresan sus emociones debido a que son reservadas, tímidas o como consecuencia de la educación recibida, pero eso no significa que no sepan lo que sienten o que no sean capaces de describir sus emociones cuando así lo deseen. El alexitímico, en cambio, no es capaz de expresar sus emociones porque no sabe lo que siente, y, lo que es peor, no sabe que no lo sabe o piensa que si lo sabe, y no alcanza a comprender las repercusiones de su trastorno. Todas las emociones de todos los seres humanos suelen ir acompañadas de síntomas fisiológicos, como sudoración, aceleración de ritmo cardiaco, dificultad respiratoria, etc. Pero los alexitímicos, al tener como enterradas las emociones que perturban su espíritu, atribuyen estas manifestaciones fisiológicas a síntomas vagos o las confunden con la emoción misma.
A. Cuando siente emociones intensas (humillación, sobreexcitación, insatisfacción o turbación), el alexitímico interpreta simplemente su malestar de un modo confuso. Entonces tensa los músculos, el corazón se acelera, experimenta dificultad respiratoria, se le pone un nudo en la garganta, adopta una actitud de inexpresividad facial y postural, semblante rígido, mutismo o incomunicación verbal y bloqueo. Las emociones intensas tienden a sorprenderlos y a dejarles ofuscados o con problemas para limitar su expresión, y si llegan a exteriorizarlas, tienden a ser incontroladas, desproporcionadas o bruscas. B. En la alexitimia las emociones pueden llegar a somatizar y quienes sufren esta alteración suelen dar vía libre a sus emociones a través del padecimiento de ciertas enfermedades. De hecho, una de las claves para detectar que una persona puede presentar el cuadro de alexitimia es los problemas físicos que padece (hiperhidrosis palmar, asma nerviosa, dolor cervical, lumbalgia, herpes, eccemas, dolores de cabeza, fibromialgia), fenómenos para los que ningún especialista halla respuesta y que suelen responder a la ansiedad que provoca el hecho de tener enterradas las emociones, a las que dan salida mediante estas dolencias. Si no somatizan, casi es peor porque se interiorizan en forma de complejos diversos y otros mecanismos de defensa. C. Otra de las claves para detectar que una persona puede presentar un cuadro de alexitímico es la ansiedad. Los alexitímicos son propensos a padecer ansiedad crónica. Esto es debido, en parte, a sus problemas para identificar las emociones correctamente. Incluso en las personas no alexitímicas, las emociones que no se logran identificar o entender correctamente se perciben como una ansiedad indiferenciada. Esto es corriente en los alexitímicos. D. Por otra parte, la incapacidad para tomar decisiones rápidas, cuando se trata de asuntos con alguna carga emocional, tienden a crear angustia ante las decisiones personales. Los alexitímicos se ven fácilmente abrumados por dudas interminables y cabilaciones inútiles. Por ejemplo, si alguien quiere emprender un negocio y no es capaz de decidirse al analizar los pros y los contras, es posible que opte por la solución más sensata, mientras que el alexitímico no hará esto y seguirá teniendo problemas para tomar una decisión. Los alexitímicos tienen poca iniciativa cuando han de tomar decisiones respecto a necesidades personales por miedo a equivocarse y a sufrir. Tienden a mecanismos de defensa, se aíslan, en lugar de recabar la opinión de los más preparados y decidir prontamente en base a lo conveniente o razonable. E. La depresión es también común en estas personas, cuando llegan a edad adulta. Generalmente suele tratarse de una depresión de tipo somático que la persona no puede explicar o elaborar correctamente. El tratamiento es siempre el mismo, sea ésta u otra de las manifestaciones anteriormente citadas, porque la etiología es la misma siempre.
Autor: Dr. Víctor Mani-Ribera, Director del IAD y Consultor de Recursos Humanos.
ALEJAMIENTO DE LA REALIDAD
Hipertrofia de la autoconciencia reflexiva
Cuando se debilita la relación entre el sujeto y su medio, como ocurre en las alteraciones mentales y en las crisis de la adolescencia, se produce habitualmente un confinamiento del sujeto en su mundo interior y una hipertrofia de la autoconciencia reflexiva. Entonces, la capacidad de pensar con sentido común y con rigor queda sofocada por las malas inclinaciones (la racionalidad va por un lado y por otra van los deseos orgánicos) y falla la interpretación adecuada de la realidad: la racionalidad trabaja al servicio de las tendencias, buscando pretextos y justificaciones a favor de las tendencias inconscientes (alejamiento práctico y teórico de la realidad). Si falta esta radicación o implantación en la realidad, la energía psíquica busca una salida y degenera en mecanismos de defensa diversos, como en los fenómenos siguientes: 1) Descripción y vivencia del mundo como falto de densidad: todo carece de sentido y resulta irrelevante, no interesa la realidad, sólo interesa lo fantástico y alucinante, el discurso "no gusta", no convence, aburre, parece teórico o utópico, aunque no se sabe por qué. 2) Alejamiento de la realidad y ensoñación. 3) Ideas fijas y utópicas. 4) Incapacidad de sentirse aludido. 5) Sentido borroso de la propia existencia.
Por el contrario, si la radicación es consistente, surge el interés ante lo real. En el arraigo de la intimidad en lo real y en la interiorización del mundo real se encuentra la explicación del fenómeno de las evidencias: los valores se intuyen claramente en su objetividad —parecen objetivos, es decir, aparecen como son en realidad—, son percibidos como fines y predomina la tendencia a encarnarlos. La prioridad de los valores espirituales sobre los valores materiales es también consecuencia del interés por lo real.
La insubordinación del incosciente a la autoconciencia reflexiva —hegemonía de los deseos orgánicos— desorganiza, debilita o atrofia la capacidad de respuesta correctamente ordenada. Tal insubordinación puede hacerse más o menos deliberadamente, dependiendo de la formación de la conciencia que se haya asimilado. La formación de la libertad (formación de las virtudes = formación del carácter) tiene como correlato la formación de la conciencia. Para el formador de la conciencia, lo fundamental es ayudar a ser humilde: erradicar el amor propio (no es el ombligo del mundo, no retenerle en la mentalidad infantil, el rey de la casa, el centro de atención), aprender a servir y no ser servido, tener encargos y cuidar las cosas pequeñas, sincero, andar en verdad.
La causa radical de la degeneración de la libertad es el uso anárquico y sin sanción de las facultades de autoimponerse fines y de elegir medios al margen de la realidad, en los estudios, en el uso de los bienes materiales: el abuso de la libertad lleva a la degeneración (personalidad caprichosa, delirios de omnipotencia, etc.). Corruptores de la personalidad son el dinero (porque inclina a la frivolidad y al materialismo), los ejemplos desedificantes y los ambientes embrutecidos (cine chatarra, playas, locales de ocio, discotecas).
Soluciones: 1) Eliminar los excesos de actividad irracional. 2) Los individuos que resuelven cualquier tipo de problemas son aquellos que están preparados para pensar ateniéndose a lo real y con mentalidad crítica. 3) Evitar atmósferas propendentes a la masificación, gregarismo y adicciones. 4) Fomentar jerarquía, orden, justicia: la injusticia siempre genera basura moral. 5) Enfocar las conductas a que los individuos no estén confiados en la protección del poder, del dinero y de la influencia.
Autor: Dr. Víctor Mani-Ribera, Director del IAD y Consultor de Recursos Humanos.
ALZHEIMER
El alzheimer está señalado como una prioridad de salud pública por la Organización Mundial de la Salud. El tratamiento involucra la terapia farmacológica y la no farmacológica. El objetivo es estimular y mantener las capacidades mentales, evitar la desconexión del entorno, dar seguridad, incrementar la autonomía personal, minimizar el estrés, mejorar el rendimiento cognitivo y funcional, aumentar la capacidad en las actividades de la vida diaria y mejorar la calidad de vida del paciente, los familiares y los cuidadores. La terapia farmacológica son los inhibidores de acetil-colinesterasa, donepezilo, galantamina o rivastigmina; y por vía glutamatérgica que son los antagonistas de los receptores NMDA y la memantina.
Autor: VVAA.
ASPERGER
Cuando el lenguaje se convierte en signos desconocidos y no entendemos el intertexto, la ironía, las metáforas, el humor encubierto, las sonrisas o los gestos del otro, ¿se puede dialogar? Así es el síndrome de Asperger.
El síndrome de Asperger puede darse con una inteligencia superior a la normal pero representa un problema en las relaciones sociales de las personas que lo padecen, para expresar emociones o entender las de otros. Fijación excesiva por ciertos objetos o temas. Dificultades para entender conceptos abstractos. Toman las cosas al pie de la letra, no entienden de matices.
Pueden ser genios de las matemáticas o las ciencias pero incapaces de empatía y de entender los sentimientos ajenos. No les gustan los cambios. El cansancio o una sobrecarga sensorial los desequilibra por completo.
Es bueno conocer el problema para saber las razones de determinados comportamientos sociales que podemos juzgar excéntricos o raros y en realidad se deben a esta enfermedad.
AUTOCONFINAMIENTO Y SOLEDAD PATÓGENA
El autoconfinamiento en la interioridad se manifiesta en la dificultad para la rectificación tras los propios errores, lo que constituye un rasgo de los individuos que no "saben" de la realidad personal ni del mundo como entorno, y no "hacen" lo que resulta apropiado para regenerar la conducta. No saben lo que hay que saber, es decir, ignoran lo objetivamente valioso, o no saben valorar lo objetivamente valioso; y no hacen lo que hay que hacer o no hacen lo que sería beneficioso. Valioso es lo que hace madurar, lo que confiere unidad existencial y lo que produce rendimientos de plenitud.
En el extremo opuesto, el individuo maduro, en crecimiento constante, que no está paralizado, rectifica continuamente con arreglo a los datos que la experiencia sobre la realidad propia y externa le proporciona; no se deja comer el terreno por la propia intencionalidad teórica, porque el rasgo distintivo de la autoconciencia estructurada racionalmente, característica de la madurez personal, consiste en su constante referencia al principio de realidad.
En un símil cibernético, cabría plantear la rectificación como aquella función del sistema personal por la que se logra suprimir o atenuar la discrepancia entre patrón (modelo) y fenómeno (realidad), y gracias a la cual es posible desbloquear la conducta, posibilitando el incremento de autodeterminación, porque un mecanismo de realimentación negativa atenúa las perturbaciones que se producen en sus elementos constitutivos. Rectificando se liquida la crisis: se reorganiza o regenera el sistema, quedando de este modo restablecidas su operatividad.
Las personalidades con mayor adaptabilidad se caracterizan por su realismo; hasta tal punto que se puede decir que un individuo es maduro cuando es mínimo su riesgo de inadaptación. Pues bien, este riesgo se minimiza con el incremento de la racionalidad científica, o sea, cuando la actividad de la conciencia está regida por el "principio de realidad". Cuando se aprende a aceptar las realidades como son, cuando no se justifican los propios errores con explicaciones "fabulosas", sino que, por el contrario, se imponen las soluciones vitales racionales, hay formación de la conciencia.
A la formación de esta conciencia, que Millán Puelles llama "concomitante", se orienta el trabajo como actividad específicamente humana y la rectificación de la conducta laboral como forma de aproximación del acto de conciencia a la reflexividad originaria en los actos de tipo práctico.
Como ha observado Marín Ibáñez, la inadaptación radical se da en el caso límite del autista y del esquizofrénico, es decir, en aquellos sujetos cuyo autoconfinamiento interior ha llegado a tal extremo que los conflictos de la propia interioridad crean una objetividad quimérica sin referencia a la realidad.
En el tratamiento del individuo autoaislado no hay recuperación sin toma de conciencia de la realidad. El autista, siempre encerrado en sí mismo, "un extraño entre nosotros", como le describe Carl Delacato (El niño autista, 1984), permanece sobre todo incomunicado con el medio que le envuelve, y permanece ignorante de él y, lo que es peor, de sí mismo.
Autor: Dr. Víctor Mani-Ribera, Director del IAD y Consultor de Recursos Humanos.
CONSENTIMIENTO INFORMADO
La OMC elabora un Decálogo del Consentimiento Informado. 21/06/2016.
La Comisión Central de Deontología (CCD) de la OMC ha elaborado un Decálogo del Consentimiento Informado, un documento de carácter práctico para los médicos, recopilatorio de lo que establece la Ley de autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Se trata de un documento de carácter práctico para los médicos, según lo establecido en la Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente. La génesis de este Decálogo hay que buscarla en el hecho de que las deficiencias en información, la falta del documento del Consentimiento Informado o la no correcta cumplimentación del mismo son, aproximadamente, la causa del 70% de las reclamaciones sanitarias, según recientes estudios.
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DEMENCIA Y ALZHEIMER
Alzhéimer y prioridad de salud pública para la OMS:
El tratamiento involucra la terapia farmacológica y la no farmacológica, y su objetivo es estimular y mantener las capacidades mentales, evitar la desconexión del entorno, dar seguridad, incrementar la autonomía personal, minimizar el estrés, mejorar el rendimiento cognitivo y funcional, aumentar la capacidad en las actividades de la vida diaria y mejorar la calidad de vida del paciente, los familiares y los cuidadores. La terapia farmacológica puede ser vía colinérgica, con inhibidores de acetil-colinestera- sa (donepezilo, galantamina o rivastigmina); y por vía glutamatérgica, que son los anta- gonistas de los receptores NMDA y la memantina.
Alzhéimer y medicación:
El tratamiento tan sólo retarda el desarrollo de esta terrible enfermedad, según María Victoria Rivera. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha autorizado dos tipos de medicamentos específicamente para el tratamiento de esta enfermedad, como son los “inhibidores de la colinesterasa” y “memantina”:
a) Los inhibidores de la colinesterasa mejoran la cantidad de acetilcolina disponible para las neuronas, porque evitan su descomposición en el cerebro.
b) Para el tratamiento de las etapas de moderada a grave de la enfermedad de Alzheimer, la memantina (Namenda), con la que se regula la actividad del glutamato, otra sustancia química que interviene ampliamente en las funciones cerebrales, como el aprendizaje y la memoria.
Es necesario saber que los médicos podrían recetar medicamentos contra este mal para otras etapas de la enfermedad diferentes a las autorizadas por la FDA, porque sus etapas no son exactas, las reacciones personales a los fármacos varían y existen pocas alternativas al tratamiento.
Esta dolencia daña el cerebro a través de la disminución de los niveles de acetilcolina, sustancia química que es importante para el estado de alerta, la memoria, el pensamiento y el razonamiento, explican médicos de Mayo Clinic.
Desafortunadamente, los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer no funciona para toda las personas y no pueden curar la enfermedad ni detener su progresión. Debido a que el Alzheimer es progresivo, los síntomas y el plan de atención médica cambiarán con el paso del tiempo.
DEPRESIÓN ANACLÍTICA (DEPRESIÓN DEPENDIENTE)
Al igual que se ha descrito y confirmado el llamado Síndrome de Spitz, para la primera infancia, se observa un paralelismo con la vejez extrema, la senilidad, el aislamiento o la soledad, que hace necesario plantear y desarrollar similares procedimientos, para evitar la depresión del paciente.
Anaclítica es el tipo de depresión en el que el paciente está fundamentalmente preocupado por las relaciones interpersonales y muestra una excesiva dependencia emocional de los demás. El término es equivalente al de depresión dependiente, depresión dominada por el otro, alterotrópica o sociotrópica.
Síndrome de Spitz: “Hospitalismo” es el término introducido por Rene Spitz (1946) para designar el conjunto de trastornos que aparecen en niños pequeños (de seis a dieciocho meses) cuando son separados de sus madres e internados en una institución (orfelinato, asilo, hospital, etc.). La escasez de contactos humanos durante gran parte del día y la carencia de cuidados maternos hacen que, a pesar de que los niños reciban una perfecta atención dietética e higiénica, entren en un estado de aletargamiento y estupor denominado «depresión anaclítica», que, si no se corrige por el contacto con la madre o con una sustituta aceptable, puede llevar incluso a la muerte.
El cuadro clínico se caracteriza por severos trastornos psicofisiológicos que van desde una fase inicial de llanto continuo, agitación y desesperanza, hasta una fase posterior de interrupción del llanto, permanencia con los ojos inexpresivos, indiferencia por el entorno, extrema pasividad, no reactividad a estímulos, sueño constante y adelgazamiento límite. Se trata de un síndrome reversible después de meses de reanudación del contacto.
En el caso del anciano, se dan trastornos psicofisiológicos, que al principio se expresan por medio de llanto, gimoteo, agitación, irritabilidad, desesperación, pero en poco tiempo devienen en forma de inexpresividad facial, indiferencia por el entorno, inhibición frente a estímulos, extrema pasividad, apatía, sopor y adelgazamiento límite, que, si no se corrige por el contacto personal, afectuoso y solícito, puede llegar a la muerte inesperada.
Autor: Dr. Víctor Mani-Ribera, reelaboración a partir de trabajos de CLÍNICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA 2019.
DISTIMIA Y DEPRESIÓN
Hay que distinguir las depresiones endógenas de las exógenas o reacciones depresivas. Las primeras son debidas a un desorden bioquímico cerebral de naturaleza compleja y que hoy conocemos mejor y se curan en un 90%. Las segundas son debidas a acontecimientos de la vida. Ortega y Gasset decía: yo soy yo y mi circunstancia. Hoy sabemos que existen dos factores desencadenantes de las exógenas; los macrotraumas, hechos de la vida negativos y duros que marcan una biografía: ruina económica, ausencia de trabajo, ruptura familiar. Y, por otro lado, los microtraumas, vivencias de menos importancia en su intensidad pero que sumadas forman una constelación de ingredientes negativos, que hacen que esa persona se deslice como a través de una rampa descendente hacia la depresión.
Autor: Enrique Rojas, Catedrático de Psiquiatría y Director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas.
DORMIR PARA CRECER
Conviene recordar que el crecimiento (tanto el muscular como el oseo) se realiza casi en su totalidad durante las horas de sueño. El mejor escenario posible es el de una persona que entrena por la mañana que duerme 45-60 min de siesta y sus 8 horas por la noche. Nadie hace esto, pero cuanto más nos alejemos de lo óptimo peores resultados obtendremos. Cuanto más tendencia al ectomorfismo tengáis mayor es vuestra necesidad de dormir para crecer.
EDUCACIÓN (EN SÍNTESIS)
Hay un reflujo entre las dos regiones de la conciencia (autoconciencia reflexiva y subconsciente pulsional y estimativa) que hace posible los rendimientos humanos típicos de la autocomprensión, rectificación, valoración, habituación y optimización de la conducta (hacerse ágil y hacerse hábil). Los tres primeros rendimientos son teóricos (virtudes dianoéticas), los dos últimos son de la razón práctica (virtudes éticas). De modo que la valoración es un fruto especulativo de la conciencia. Valorar saludablemente es un resultado de la conformación higiénica de la conciencia autónoma. Ahora bien, esa estructuración sana de la conciencia supone fundamentalmente consolidación de los vínculos del sujeto con su mundo (adaptación), de la autoconciencia reflexiva con el inconsciente y de la mente con su cerebro.
En realidad, esa conciliación entre mente y mundo por la que la educación trabaja no pretende sino personalizar disposiciones que a la larga se ejecuten con el mínimo esfuerzo. Actuar deliberada e intencionalmente, repetidas veces, es necesario para formar disposiciones estables para actuar inconscientemente de forma apropiada. Como enseña Piaget, en los tres períodos más importantes del desarrollo infantil y adolescente, toda la personalidad opera favoreciendo ese ensamblaje que naturalmente tiende a producirse entre el sujeto y su universo. La superación de los momentos críticos se da justamente al reducirse el egocentrismo que genera la crisis. En palabras de J. L. Phillips, "Los tres períodos más importantes del desarrollo —Sensomotor, Operaciones Concretas y Operaciones Formales— representan tres campos distintos de acción cognoscitiva y, al iniciarse cada uno de ellos, existe una relativa falta de diferenciación estructural y de equilibrio funcional. Para el recién nacido, el mundo se reduce a sus propias acciones sobre aquél. Para el niño Preoperacional, sus representaciones del mundo de los objetos físicos son las únicas posibles. El egocentrismo del adolescente resulta de la extensión de su pensamiento al campo p o s i b l e a través de los instrumentos de la lógica proposicional. No sabe “distinguir entre las nuevas e imprevisibles capacidades del ego y del universo social o cósmico al que se aplica” (Cfr. The Growth of Logical Thinking from Childhood to Adolescence, 1958, p. 345). Atraviesa una fase en la que su propio pensamiento le parece omnipotente, ocurriendo esto en un momento en que probablemente resultará molesto a sus mayores con toda clase de esquemas idealistas diseñados para poner la realidad de acuerdo con su pensamiento".
Dos son los niveles operativos que conforman la existencia concreta y única de cada individuo, donde se "materializa", por así decir, esa interrelación de elementos del yo y del cosmos y que constituyen la personalidad humana: a) NIVEL INCONSCIENTE, que corresponde a lo automático. Este nivel opera, a su vez, con un doble registro: a.1) Operaciones mecánicas: corresponde a lo dado e inmodificable, lo heredado, lo temperamental, que se ha convenido en denominar primera naturaleza. a.2) Hábitos: corresponde a lo sabido o asimilado, que no está latente y disponible, sino que es ya virtual; pueden rendir determinados efectos si es actuado por una instancia superior consciente capaz de activarlos. Los hábitos dependen de la instancia psicosomática inmediatamente inferior sobre la que se sustentan y de la autoconciencia superior que los produce y reaviva cuando la persona precisa de sus rendimientos para la ejecución económica de episodios de conducta. Estas disposiciones estables aprendidas se llaman, por todo ello, segunda naturaleza adquirida. b) NIVEL AUTOCONSCIENTE (en acto): corresponde a lo sabido aplicado a lo real ignoto. Tanto lo tocante a la actividad especulativa pura, lo tautológico y lo herelógico, como lo referente a la práctica, constructiva y productiva.
La educación mira al mero control del primer nivel (inconsciente) —ya que su modificación resulta imposible— y a la asimilación de estructuras que permitan una conducta automática apropiada que se encargue del control de ese psico-organismo dado. Pero la subordinación del organismo a la mente —y particularmente la subordinación del sistema neuroendocrino— se lleva a cabo por la hegemonía. La dispersión acecha, a pesar de la tendencia a la unidad de la que está dotada la persona humana. Depende de cada hombre el otorgarse una unidad existencial por medio de la autoeducación, que normalmente va acompañada por los agentes externos de los aprendizajes.
Autor: Dr. Víctor Mani-Ribera, Director del IAD y Consultor de Recursos Humanos.
EOSINÓFILOS
¿Qué indican los valores de eosinófilos altos o elevados en sangre?
La eosinofilia es el aumento del número absoluto de eosinófilos en la sangre. Los eosinófilos son un tipo de glóbulo blanco que forman parte del sistema inmunitario. Esta elevación se suele apreciar también en el porcentaje de los eosinófilos del total de glóbulos blancos (por encima del 7%) aunque siempre es mejor realizar el estudio en base a los valores absolutos de eosinófilos. Las causas más comunes de eosinofilia son:
- Parásitos que afectan al organismo como nematodos (triquinosis, anquilostomiasis, filariasis, etc.), cestodos (tenias), trematodos (esquistosomiasis) o artrópodos (sarna).
- Enfermedades alérgicas: Rinitis alérgica, asma o esofagitis eosinofílica.
- Enfermedades de la piel: Dermatitis atópica, pénfigo, urticaria, dermatitis herpetiforme, eccema, etc.
- Trastornos y cáncer de la sangre: Linfoma de Hodgkin, leucemia mieloide, leucemia eosinofílica crónica o síndrome hipereosinofílico.
La eosinofilia en adultos puede categorizarse como leve (de 500 a 1500 /µL), moderada (de 1500 a 5000 /µL) o severa (mayor de 5000 /µL).
Niveles ligeramente elevados (500 - 1500 /µl en adultos): Los niveles de eosinófilos en sangre son ligeramente elevados pero no preocupantes. Las causas que pueden producir eosinófilos elevados son muy numerosas pero las más frecuentes que se corresponden a eosinofilia leve son:
- Procesos alérgicos como la rinitis alérgica, el asma o la esofagitis eosinofílica. El asma cursa con elevaciones de eosinófilos de hasta 1500 por microlitro.
- Infecciones por parásitos: En la mayoría de las infecciones por parásitos no suelen superarse los 1500 salvo en el caso de anquilostomiasis que rondan los 3000. Se debe sospechar de la presencia de un parásito intestinal cuando se acompaña de monocitos y basófilos por encima de lo normal.
- Enfermedades que afectan a la piel como la dermatitis atópica, urticaria, eccema o pénfigo cursan con elevaciones leves de los eosinófilos.
- Medicamentos: Un gran número de fármacos como diferentes antibióticos o anticonvulsivos pueden aumentar los valores en la sangre.
Niveles moderadamente elevados (1500 - 5000 /µl en adultos): Los niveles de eosinófilos en sangre son moderadamente elevados. Cuando se superan los 1500 eosinófilos por microlitro de sangre se dice que existe hipereosinofilia. Es importante que acuda a su médico ya que a pesar de que este aumento no le produzca ningún síntoma puede causar daño a determinado órganos como el corazón, pulmones, bazo, la piel o el sistema nervioso. Existen numerosas enfermedades que cursan con valores de este rango:
- Infecciones extendidas por parásitos: En el caso de que la infección por parásitos sea muy extensa o en el caso de anquilostomiasis aparecen elevaciones en este rango
- Algunas enfermedades alérgicas como el edema de Quincke o la enfermedad del suero presentan valores superiores a 2000 de forma fugaz.
- Aquellos pacientes sometidos a radioterapia suelen presentar valores entre 1000 y 2500 eosinófilos por microlitro
Niveles excesivamente elevados (> 5000 /µl en adultos): Los niveles de eosinófilos son muy elevados y claramente indican un problema que requiere atención médica. Si hay infección severa con un número muy elevado de parásitos se puede llegar hasta valores de 50.000 eosinófilos por microlitro en la sangre. Algunos tipos de trastornos y cáncer de la sangre como el síndrome hipereosinofílico y la leucemia eosinofílica crónica pueden cursar con valores muy elevados. Si los valores superan los 15.000 se debe sospechar de esta posibilidad. Se pueden alcanzar valores por encima de 100.000 en cuyo caso suele requerirse hospitalización ya que los eosinófilos se pueden agrupar para formar un agregado (una masa) y bloquear los vasos sanguíneos provocando isquemia y microinfartos. Existen también varios síndromes raros como el Síndrome de Wells (celulitis eosinofílica) y el síndrome de Shulman (fascitis con eosinófilos) que pueden acarrear considerable eosinofilia.
¿Qué puede producir un aumento de los valores de eosinófilos en sangre? Algunas situaciones de salud y numerosos medicamentos pueden producir un aumento de los eosinófilos en la sangre: Picaduras de insectos, Picaduras de serpientes, Radioterapia, Medicamentos, AINEs (antiinflamatorio no esteroideo), Ibuprofeno, Naproxeno, Sulfasalazinas, Antiácidos, Lansoprazol, Omeprazol, Antibióticos, Cefalosporina, Ciprofloxacino, Dapsona, Minociclina, Nitrofurantoín,Penicilina, Sulfamidas, Teicoplanina, Vancomicina, Anticancerígenos, Procarbazina, Antidiabéticos, Clorpropamida, Antiepilépticos, Ácidovalproico, Carbamazepina, Fenitoína, Fenobarbital, Lamotrigina, Antihipertensivos, Metildopa, Antipsicóticos, Clorpromazina, Antituberculosos, Rifampicina, Bacteriostáticos, Cloranfenicol, Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, Captopril, Enalapril, Nafarelina, Uricosúricos, Alopurinol.
¿Qué enfermedades pueden producir un valor elevado de eosinófilos en sangre? Los niveles aumentados de eosinófilos en sangre pueden indicar: Helmintiasis, Triquinosis, Anquilostomiasis, Filariasis, Esquistosomiasis, Ascariasis, Anisakis, Quiste hidatídico, Sarna, Asma, Rinitis alérgica, Dermatitis atópica, Esofagitis eosinofílica, Urticaria, Eccema, Ictiosis, Pénfigo, Psoriasis, Angioedema hereditario, Dermatitis herpetiforme, Prurigo nodular, Enfermedad del suero, Síndrome de Wells, Síndrome de Shulman, Síndrome hipereosinofílico, Policitemia vera, Síndrome de Löffler, Leucemia mieloide crónica, Leucemia mieloide aguda, Leucemia eosinofílica crónica, Linfoma de Hodgkin, Cáncer de ovarios, Anemia perniciosa, Poliarteritis nodosa, Colagenosis eosinófilica, Colitis ulcerosa, Sarcoidosis, Escarlatina, Lupus, Síndrome de Wiskott-Aldrich, Síndrome de Omenn, Síndrome de Churg-Strauss, Enfermedad de Addison.
¿Qué puedo hacer para disminuir los valores de eosinófilos en sangre? Si la eosinofilia es leve, se produce de forma transitoria y no le causa ninguna molestia no es necesario tomar ninguna medida. Los valores volverán a la normalidad en los próximos análisis. Por el contrario, si la eosinofilia es severa lo primero que debería es revisar con su médico los medicamentos que está tomando ya que existen gran variedad de fármacos que pueden elevar los niveles de eosinófilos en sangre. Asimismo, si se conoce la causa de la enfermedad, por ejemplo una infección por parásitos, es necesario poner remedio a la misma para reducir los niveles. Si su médico lo recomienda puede administrarle corticosteroides que ayudan a reducir los eosinófilos en la sangre.
ESQUIZOFRENIA Y DEMENCIA HEBEFRÉNICA
La mayor parte de los esquizofrénicos no logran alcanzar un nivel profesional elevado ni tampoco llegan a tener experiencia laboral debido a que cambian frecuentemente de trabajo, porque renuncian o porque los despiden debido a un bajo rendimiento.
En el año de 1856, Morel que fue un contemporáneo de Krepelin, introduce el término demencia precoz, para catalogar a un adolescente que era brillante activo y que luego se volvió aislado, apático y callado.
En el año 1868, se introduce el término catatonia para designar un cuadro clínico en el que predomina la tensión motora (muscular) y que posee dos fases: una estuporosa o inhibida (estupor catatónico) y otra excitada (agitación catatónica).
Para Bleuder la esquizofrenia era la enfermedad de cuatro Aes: autismo, ambivalencia, asociaciones laxas y efecto incongruente.
En 1949, Polatín introduce el término pseudoneurótica para designar un tipo de esquizofrenia en las que el trastorno del pensamiento no era atan sobresaliente, pero se mostraban con un frente de síntomas ansiosos que podían hacer pensar en una neurosis de ansiedad, pero que no evolucionaban como ella.
En el año de 1973, la Organización Mundial de la Salud publicó el reporte del estudio piloto internacional sobre esquizofrenia en donde se establecen criterios definidos para el diagnóstico y las características de la enfermedad en nueve países del mundo. En ese estudio se vio que el tipo más frecuente es el paranoide, seguido por el esquizo-afectivo y el hebefrénico.
La Organización Mundial de la Salud define la esquizofrenia como un grupo de psicosis en las que se presenta una deformación de la personalidad, una distorsión del pensamiento, una sensación de ser dominado por fuerzas extrañas, con perturbaciones de la razón (delirios) que pueden ser extravagantes, percepción perturbada (alucinaciones), alteraciones de la afectividad que no se ajustan a la situación real y una concentración patológica de la atención en la propia intimidad, con el consiguiente desinterés respecto del mundo exterior (autismo).
Uno de los principales logros de los últimos 20 años en la investigación de las enfermedades mentales ha sido el descubrimiento del papel que desempeñan en el cerebro los sistemas dependientes de la dopamina. La dopamina es una sustancia que actúa como transmisor de determinados estímulos nerviosos, por ello se la denomina neurotransmisor y a los elementos del sistema nervioso en los cuales interviene esta sustancia se les denomina sistemas dopaminérgicos. En este sentido los doctores Seeman, Hong-Chang y Hubert, de la Universidad de Toronto, han realizado un estudio en el que concluyen que en los cerebros de los enfermos con esquizofrenia la unión funcional de la dopamina con los lugares donde actúa (receptores) puede estar alterada.
Se considera que debido a la enfermedad, que implica dificultad en las relaciones interpersonales y tendencia marcada al aislamiento, estas personas prefieren quedarse solteros o si se casan, debido a la incapacidad de afrontar las responsabilidades y obligaciones propias del matrimonio, se presentan con mayor frecuencia separaciones y divorcios.
Examen del estado mental:
En donde se trata de establecer el grado de psicopatología que se presenta en el momento de la entrevista. Notamos los siguientes: muestran poco interés por la entrevista y a veces se oponen rotundamente a ella, lucen distraídos, con la mirada vaga o a veces evitan el contacto visual con el entrevistador, gesticulando o riéndose sin motivo, hablando por señas, pueden mostrar una conducta muy suspicaz, pueden estar agitados e inquietos, mutistas o inmóviles.
En el contenido del pensamiento se encuentran las ideas delirantes, que pueden ser de tipo paranoide, místico, de grandeza, de influencia extraña, de despersonalización o de desrealización. En las percepciones, pueden existir alucinaciones auditivas (principalmente), visuales, táctiles, cinestésicas (sienten que su cuerpo se mueve involuntariamente o que flota en el espacio), cenestésicas o propioceptivas (las manos se le hicieron muy grandes, la cara se le deformó, es mitad humano y mitad animal) o de desintegración cósmica, en donde su cuerpo flota desmembrado en el espacio.
La orientación en las tres esferas generalmente se mantiene. La memoria es buena, La capacidad de abstracción (análisis de proverbios) es mala. La información general es buena y de acuerdo a su nivel educativo. Hay pobre capacidad de juicio crítico hacia la realidad. Generalmente no hay consciencia de enfermedad (insight) o existe en forma parcial ya que se cree enfermo de algo físico.
Examen físico:
Generalmente se aprecian alteraciones secundarias a hiperactividad del sistema simático como taquicardia, pupilas dilatadas, palidez generalizada. Pueden existir alteraciones motoras propias del catatónico o gesticulaciones propias del hebefrénico.
Examen neurológico:
Debe incluirse dentro de los aspectos clínicos lo que Schneider ha denominado síntomas de primero y segundo orden. Este autor considera que los síntomas de primer orden se encuentran los siguientes: oír los propios pensamientos en voz alta, alucinaciones auditivas que comentan sobre el comportamiento del individuo, alucinaciones somática, sentir los pensamientos controlados desde el exterior, percepciones delirantes e ideas de control externo sobre algunos sentimientos, impulsos y actos volitivos. Los de segundo orden son: otros tipos de alucinaciones, perplejidad, trastornos depresivos o eufóricos del afecto y embotamiento afectivo.
También debe mencionarse los síntomas negativos y positivos. Por síntomas negativos se entienden aquellos que se originan en una ausencia de elementos normales en el funcionamiento cerebral y se incluyen los siguientes: aplanamiento afectivo, alogia (pobreza en el lenguaje y en el contenido del pensamiento), apatía (falta de energía para hacer cosas), anhedonia (falta de capacidad para sentir placer por algo o alguien), asociabilidad (ausencia de relaciones interpersonales) o dificultad en la atención (distraibilidad). Los síntomas positivos surgen de un mal funcionamiento del cerebro que conduce a la aparición de elementos extraños (que no se presentan normalmente) en el pensamiento y son: alucinaciones, ideas delirantes, comportamiento bizarro y trastorno formal del pensamiento.
FRACASO HUMANO Y ACADÉMICO
El debilitamiento que a veces se produce entre mente y mundo es la explicación más corriente del fenómeno del fracaso escolar. La inconsistencia de las representaciones de determinadas experiencias de aprendizaje (esfuerzos improductivos, distracciones, etc.) y la ignorancia de las causas de tal inconsistencia inhiben la reflexión; entonces se imponen los recursos irreflexivos, que son los mecanismos de defensa, que propone el inconsciente como compensaciones para aliviar la insatisfacción del fracaso producida por la frustración académica. La energía psíquica se desvía hacia las compensaciones, aumentando con ello la tensión interior, dado el efecto disgregador de la energía que esas mismas compensaciones ejercen sobre la intimidad subjetiva del fracasado. Fracaso y tensión interior están vinculados a través de los mecanismos de la frustración, si bien la tensión puede ser incluso un medio saludable de adaptación a la realidad, como ocurre cuando el dolor se acepta y se inviste de sentido profundamente humano (Cfr. VIKTOR E. FRANKL, El hombre doliente. Fundamentos Antropológicos de la psicoterapia, Herder, Barcelona, 1987).
A propósito de la denominada "adaptación de retirada", E. L. Banning se refirió a ese tipo de deterioro mental con un artículo cuyo título es ya significativo de por sí: "The lonely road of unreality", el solitario camino de la irrealidad. En él relata como la personalidad del niño que se retira y aísla, "sujeto a una tensión insoportable de su ambiente personal y social, puede llegar a convertirse en la personalidad gravemente deformada del psicótico". En ese niño o adolescente con dificultades para adaptarse a la realidad se reconocen los síntomas de la intimidad enajenada arriba descritos: debilitamiento de los vínculos de la intimidad con el ambiente y del inconsciente con la autoconciencia reflexiva, bloqueo y autoconfinamiento en el mundo intramental, focos de ideas utópicas, percepción irreal de la realidad y percepción pseudoreal de la irrealidad, ideas fijas, incapacidad para sentirse aludido, descripción y vivencia del mundo como falto de densidad, alejamiento de la realidad y ensoñación. Ya hemos visto como con el alejamiento de la realidad aparece la apatía ante lo real, mientras que, por el contrario, en el arraigo en lo real y en la unidad operativa de las distintas instancias de la persona se encuentra la explicación de la capacidad de otorgar sentido y consistencia real a los valores que confieren sentido a la existencia.
Los síntomas preesquizofrénicos, según Banning, en sentido amplio, se asemejan al tipo introvertido de personalidad descrito por Jung y otros. "El rasgo más distintivo, según Jung, es el desarrollo gradual y oculto de la falta de atención y de la indiferencia emocional respecto del mundo exterior del individuo. El aislamiento exagerado, el excesivo soñar despierto, la regresión de los intereses personales y la conducta extraña son los primeros síntomas". Entre los muchos y variados síntomas que constituyen una prueba de un contacto desordenado con el medio ambiente —las respuestas sustitutivas más frecuentes— se citan las "muestras de mal humor, disminución del interés general, expresiones emocionales, negativismo, agitación psicomotriz, variedad de perturbaciones del habla y prácticas sexuales manifiestas".
En sentido similar encontramos estudios clásicos y recientes que confirman la profunda interrelación entre la hipertrofia del objetivismo y los problemas de adaptación, que a su vez suponen dificultades en la relación entre el sujeto y su medio y entre los dos niveles de la conciencia humana. Heathers muestra la relación entre la satisfacción de las necesidades de aprobación y autoafirmación y el logro la "independencia instrumental y emocional" (Cfr. GLEN HEATHERS, en SPRINTHALL & SPRINTHALL), relación que permite al individuo desarrollar esquemas axiológicos racionales, sin necesidad de convertir la energía psíquica en racionalizaciones en beneficio de exigencias particulares impuestas por los automatismos de compensación inconscientes.
Hummel y Sprinthall estudiaron los intereses, las actitudes y los valores en relación con el problema del subrendimiento académico. Estos autores consideran intercambiables los conceptos de interés, actitud y valor, como señales de las disposiciones relevantes del ego. Según ellos, el fracaso escolar constituye "un síntoma de la alienación de los adolescentes" y citan en su apoyo los trabajos de Friedenberg (1959) y Goodman (1956). Presentan el fenómeno del bajo rendimiento académico "como un problema en el funcionamiento del ego en su adaptación con el ambiente". El sujeto de tal fenómeno es considerado por Hummel y Sprinthall como el "sistema de orientación" que comprende lo consciente fundamental, los aspectos racionales de la personalidad orientados hacia la realidad y constituye la "organización dinámica de las disposiciones perceptivas y de valor a través de las cuales una persona guía y gobierna sus esfuerzos para adaptarse a su medio ambiente" . "Algunos de los indicadores de un ego que se adapta son los siguientes: una orientación racional para las situaciones problema; una presteza para tratar con una serie de tareas prescritas con el retraso, la distracción o inspección mínimas; una orientación perfectamente planeada hacia el futuro y una voluntad de posponer todas las actividades agradables para perseguir un fin distante". Concluyen que los muchachos más adelantados, según los datos que obtienen en sus análisis, son más reflexivos, autocontrolados y manifiestan mayor responsabilidad personal, y aunque "el subrendimiento académico no es de suyo una señal suficiente de mala adaptación (...), en este estudio se vio que la falta de adelanto iba acompañada de cierto número de señales de estructura no madura del ego".
Correll describe con síntomas similares de retraimiento, ansiedad para hacerse valer, timidez y frágil confianza en sí mismos, a los niños con dificultades de adaptación al medio y con las consiguientes perturbaciones de aprendizaje (Cfr. WERNER CORRELL, El aprender. Fundamentos psicológicos y problemática, Herder, Barcelona, 1975, pp. 95, 107 y 197).
En forma extraordinariamente patológica, rasgos similares a los descritos se observan en el autismo. El niño que sufre esta dolencia presenta "una pérdida de contacto con la realidad que produce como consecuencia la imposibilidad o dificultad para comunicarse con los demás", como explicó Bleuer por primera vez en 1906.
Así, pues, los individuos que tienden a recluirse en su intramundo, con pérdida del sentido de la realidad, son propensos a las conductas caracterizadas por el predominio de los deseos orgánicos sublimados por medio de estructuraciones axiológicas muy inapropiadas para el progreso personal, o que favorecen las situaciones de fracaso. En este tipo de comportamiento está la explicación de la mayor parte de las crisis personales y, por consiguiente, de las dificultades escolares.
En definitiva, como que la existencia humana tiene un sentido o un fin, (el individuo humano está en condiciones naturales de autoimponerse los fines que le hacen feliz) que consiste en optimizarse con arreglo a sus posibilidades —"cubrir la distancia entre existencia y plenitud"—; como la consecución de ese fin es la felicidad suprema para el hombre; y como eso se alcanza mediante la racionalidad, hay que concluir que la hegemonía de las inclinaciones irracionales provocan la ruina de la autoconciencia reflexiva y consiguientemente el fracaso de la vida humana. "Si el trayecto entre existencia y plenitud del hombre ha de ser cubierto fundamentalmente por la actividad del intelecto —dice al respecto el profesor Choza—, en la misma medida en que el descontrol del deseo orgánico bloquea el intelecto queda interceptado el itinerario hacia la culminación en plenitud propia del hombre".
Autor: Dr. Víctor Mani-Ribera, Director del IAD y Consultor de Recursos Humanos.
HORMONAS EUDAIMÓNICAS
Papel de la serotonina, la oxitocina, la dopamina y las endorfinas en el psiquismo
Las hormonas especializadas en regular estado de ánimo y promover el bienestar son: la serotonina, responsable del bienestar; la oxitocina, cuya función consiste en regular el apego, el amor y la confianza; la dopamina, relacionada con las sensaciones placenteras y el aprendizaje, entre otras funciones; y las endorfinas, encargadas de aliviar el estrés o al malestar.
•Dopamina. También conocida como la «hormona del bienestar», la dopamina es una hormona y un neurotransmisor que es una parte importante del sistema de recompensa del cerebro. Se relaciona con las sensaciones placenteras, así como con el aprendizaje, la memoria, la función del sistema motor y otras funciones.
•Serotonina. Esta hormona y neurotransmisor ayuda a regular tu estado de ánimo, así como tu sueño, apetito, digestión, capacidad de aprendizaje y memoria.
•Oxitocina. Generalmente llamada la «hormona del amor», la oxitocina es esencial para el parto, la lactancia y el fuerte vínculo entre padres e hijos. Esta hormona regula las sensaciones de confianza, empatía y vinculación en las relaciones. Los niveles de oxitocina suelen aumentar con las muestras de afecto físico, como los besos, los abrazos y la actividad sexual.
•Endorfinas. Las endorfinas son el analgésico natural de tu cuerpo, que su cuerpo produce en respuesta al estrés o al malestar. Los niveles de endorfinas también tienden a aumentar cuando participa en actividades que producen recompensas, como comer, hacer ejercicio o tener relaciones sexuales.
Es fundamental entender las formas de regular y aumentar estos nerotransmisores, que afectan enormemente a lo relacionado con la formación de la personalidad, la educación, la motivación, el entrenamiento y las relaciones personales. Lo interesante de estas hormonas es que se ven muy influidas por el entorno humano y la relaciones interpersonales.
Es especialmente interesante el papel de la piel en la producción de serotonina y oxitocina. Una caricia, un masaje, un abrazo, un frotamiento, un contacto físico delicado: son formas de contacto positivo relacionadas con la producción de estos neurotransmisores. Cuando un individuo experimenta un contacto sano e inteligente, la hipófisis y otras glándulas segregan serotonina y oxitocina. Sin embargo, como terapia no siempre resulta fácil salvar las barreras de la piel. Se trata de un asunto delicado, que exige criterios deontológicos y terapias psicológicas correctas.
En la piel se encuentran receptores nerviosos que se encargan de transformar los diferentes tipos de estímulos del exterior en información susceptible para ser interpretada por el cerebro. El tacto afecta a todo el organismo, así como a la cultura en medio de la cual éste vive y a los individuos con los que entra en contacto. El sentido del tacto pertenece al sistema sensorial, cuya influencia es difícil de aislar o eliminar. Un ser humano puede vivir a pesar de ser ciego, sordo y carecer de los sentidos del gusto y el olfato, pero le es imposible sobrevivir saludablemente sin las funciones que desempeña la piel.
Por otro lado, con el ejercicio aeróbico, el trabajo físico, la actividad física y el bailar aumentan las endorfinas y también la oxitocina. Las endorfinas se generan durante el ejercicio físico. Cuanto más intensa sea la actividad y más cerca del umbral aeróbico se trabaje, más cantidad de endorfinas se liberan. Sobre "ejercicio físico y hormonas" hay una gran cantidad de estudios, sobre todo en la interacción fisiológica de la hormona eritropoyetina, relacionada con el ejercicio físico de intensidad moderada y alta. En un estudio de la Universidad de Boyacá, se llevó a cabo una revisión en la que se utilizaron 77 referencias, haciendo la búsqueda en las bases de datos Medline, Lilacs, Redalyc, Pubmed, en libros y artículos, en archivos digitales y físicos, concluyendo que debido a las bondades de las respuestas fisiológicas de la eritropoyetina al realizar ejercicio físico, constituye un método natural y lícito de incrementar la capacidad de transportar oxígeno de la sangre.
Lamentablemente, no podemos relacionar hormonas eudaimónicas y alimentación. Se trata de nonapéptidos segregado por la hipófisis, que sólo son capaces de producir los seres vivos en el organismo. Parece que algunos ingredienes naturales (chocolate, romero, perejil, tomillo, hierbabuena o eneldo) ayudan a estimular muy levemente la producción de estas hormonas. Además, son nutrientes que son consumibles en cantidades muy pequeñas.
Finalmente, tampoco se puede recurrir al uso de hormonas sintéticas, para provocar el aumento de estos neurotransmisores. Clasificados como medicamentos de alto riesgo por el Instituto para el Uso Seguro del Medicamento, la oxitocina sintética (Syntocinon), como los demás péptidos, pueden provocar resultados muy adversos, por su potencial lesivo, y por efectos secundarios añadidos.
Según Tiffany Field, directora del Touch Research Institute, “los masajes son un antidepresivo natural”. Los masajes mejoran el bienestar de los pacientes deprimidos, la tensión, la inquietud, el estado de ánimo deprimido. A diferencia de los antidepresivos, todos los efectos mencionados ocurren de inmediato, constituyendo un tratamiento adicional. El masaje es efectivo en pacientes deprimidos porque apela directamente a la piel y al sentido del tacto. En USA, se examinó el efecto del masaje en su bienestar en un estudio con más de 500 pacientes que sufrían de estado de ánimo depresivo, depresión y agotamiento. Se encontró que después de un masaje de solo 30 minutos, la hormona del estrés cortisol en la sangre había disminuido hasta en un 53%. El masaje liberó las hormonas dopamina y serotonina, que actúan contra la depresión.
Los trabajos de David J. Linden (profesor de neurocience en Johns Hopkins University School of Medicin) y Robin Dunbar (profesor de antropología evolutiva de la Universidad de Oxford) explican que el toque y contacto físico humano "es clave para nuestra supervivencia" y "subestimamos lo importante que es en nuestra interración social". Estamos diseñados genéticamente para buscar todos esos contactos y alimentarnos de ellos. Incluso cumplen una función paliativa, tanto del estrés como de la tristeza. Al parecer, y según estas investigaciones, el contacto físico, y el contacto físico cariñoso en particular, produce una mayor liberación de hormonas tan importantes para el bienestar como la serotonina, la oxitocina o la dopamina. Pero no importa únicamente el cariño que lleve un contacto físico consigo, la técnica es más importante. Según un estudio titulado The Touch Test de la BBC , en el que participaron más de 40.000 personas de 112 países, existe un modo de caricia especialmente comunicativo y efectivo: según las conclusiones de esta investigación, lo único que hay que hacer para conseguir la caricia perfecta es desplazar o friccionar sobre la piel del sujeto a una velocidad exacta de 2,5 centímetros por segundo. Según estas investigaciones, las personas somos capaces de detectar las emociones de alguien a través de sus caricias en un 83% de las veces. Fuentes: Código Nuevo, noviembre, 2020; Entrevista de Eduard Punset con Robin Dunbar, febrero, 2011.
Tal vez, al administrar o aumentar la producción de oxitocina en los niños con trastorno del espectro autista (TEA) podría mejorarse su sociabilidad, su apertura y conexión emocional. Pero estudios recientes como el llevado a cabo por la Universidad de Seul, revelan que a día de hoy no hay ninguna relación concluyente.
Los individuos ectomorfos (Alexitimia, anexo 1, en esta misma sección) que han sufrido desórdenes en la dinámica temprana de las relaciones, provocando una inhibición funcional de la actividad neuronal en las áreas terminales, reprimida para no sufrir e impedir la transmisión del estímulo nociceptivo (estímulo doloroso o lesivo), como ocurre en el cuadro alexitímico, pueden desarrollar una respuesta triple y vinculada al reflejo defensivo: forjan una armadura corporal que lo único que consigue es aislar el yo consciente de su corporeidad; y miedo inconsciente y paralizador a toda iniciativa que el sujeto pueda percibir más o menos erróneamente como amenazante para su integridad. Los individuos afectados por este síndrome ectomorfosistémico (individualismo ectomorfigénico+testosterona alta+neuroihibición) resultan incapacitados para desarrollar determinados recursos psíquicos, por no activarse el código subconsciente adecuado para introducir cambios. En este estado psicosomático, las emociones, los sentimientos y los recursos psíquicos no se pueden ni controlar ni desarrollar totalmente, sin un tratamiento reeducativo adecuado. Este tratamiento debe ser capaz de liberar al sujeto de una tensión psicológica, nerviosa y ligamentosa que no cede sin intervención: consistirá en aflojar las ligaduras que parecen tensar los músculos faciales, atar la caja torácica y trabar el tronco abdominolumbar, intentando patronizar una correcta relación cuerpo-cerebro y cerebro-mente. Sólo desactivando las tensiones provocadas por el miedo y disolviendo la coraza generada por el trastorno, el sujeto ectomorfosistémico será capaz de aprender los recursos psíquicos básicos para soltarse y después acceder a los recursos psíquicos superiores, a los que no logra acceder por métodos únicamente logoterapéuticos o de autodisciplina. Así, a través de la terapia se supera el miedo a perder la autonomía personal, se disuelve la coraza paralizante, y se elimina el obstáculo que impide restablecer automáticamente la unidad de vida sensitiva (cuerpo-cerebro) y que impide estructurar la unidad de vida psíquica (cerebro-mente). La principal dificultad para esta terapia reeducadora radica en que, al consistir la alexitimia en un trastorno del carácter acentuado por la ectomorfia, quien la padece –un sujeto frágil y apocado– no siempre se presta de buena gana al tratamiento. Sin embargo, la principal ventaja de esta terapia es su pronta eficacia, cuando se logra la colaboración del sujeto.
HOSPITALISMO Y DEPRESIÓN ANACLÍTICA
El síndrome de Spitz, también denominado “hospitalismo”, es el término introducido por Rene Spitz (1945) para designar el conjunto de trastornos que aparecen en niños pequeños (de seis a dieciocho meses) cuando son separados de sus madres e internados en una institución (orfelinato, hospital, etc.). La escasez de contactos humanos durante gran parte del día y la carencia de cuidados maternos hacen que, a pesar de que los niños reciban una perfecta atención dietética e higiénica, entren en un estado de aletargamiento y estupor denominado «depresión anaclítica», que, si no se corrige por el contacto con la madre o con una sustituta aceptable, puede llevar incluso a la muerte. Los estudios acerca del hospitalismo han provocado profundas reformas en las condicio- nes de hospitalización de los niños (© CLÍNICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA, 2019).
Al igual que se ha descrito y constatado el llamado Síndrome de Spitz, en primera infancia, observo un paralelismo con la vejez extrema, que hace necesario plantear y ejecutar similares soluciones, para evitar la depresión del anciano.
Autor: Dr. Víctor Mani-Ribera.
INTELIGENCIA
Howard Gardner revolucionó la idea que se tenía de lo que significaba ser inteligente. Hasta él, la inteligencia se consideraba como un conglomerado más o menos medible con papel y lápiz. Gardner comenzó a cuestionarse por qué el término inteligente se aplicaba a personas brillantes en determinados campos como las matemáticas o la ciencia, pero no en otros como el deporte o la música. Para este profesor de Harvard, la inteligencia va más allá de la excelencia académica y la define como "la capacidad de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas". Así nació su Teoría de las Inteligencias Múltiples, en la que propone que no existe una única inteligencia, sino ocho habilidades múltiples, distintas y semi-independientes que todos tenemos y utilizamos en mayor o menor medida para relacionarnos con el mundo que nos rodea. Gardner asegura que esas ocho habilidades todas las personas tienen la capacidad de desarrollarlas hasta un nivel competencial razonablemente alto, siempre que realicen los aprendizajes adecuados. 1) La inteligencia lingüístico-verbal hace referencia a la capacidad de utilizar con precisión y exactitud el lenguaje oral y escrito. 2) La inteligencia lógica-matemática hace referencia a la capacidad para identificar modelos, calcular, formular y verificar hipótesis, utilizar el método científico y los razonamientos inductivo y deductivo. Las personas que tienen especialmente desarrollada la inteligencia lógica-matemática, son capaces de resolver con más facilidad problemas de lógica y patrones numéricos. 3) La inteligencia visual-espacial hace referencia a la capacidad de percibir la colocación de los cuerpos en el espacio y de orientarse. Consiste en formar un modelo mental del mundo en tres dimensiones. Capacidad para presentar ideas visualmente, crear imágenes mentales, percibir detalles visuales, dibujar y confeccionar bocetos. 4) La inteligencia musical hace referencia a la capacidad para escuchar, cantar, tocar instrumentos, analizar y crear música. En esta inteligencia se incluye la sensibilidad, tanto por el ritmo como por el tono y el timbre. A menudo, se dice que estas personas tienen "buen oído para la música". 5) La inteligencia kinestésica o corporal-cinética hace referencia a la capacidad para realizar actividades que requieren fuerza, rapidez, flexibilidad, coordinación óculo-manual y equilibrio. Es la capacidad para utilizar y controlar el propio cuerpo a la hora de realizar actividades o resolver problemas, hacer manualidades y procesar información a través de los sentidos y sensaciones. 6) La inteligencia naturalista hace referencia a la capacidad para percibir, distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, estableciendo relaciones entre varias especies o grupos de objetos y personas, y reconociendo plantas, animales, personas o elementos de nuestro entorno natural. 7) La inteligencia interpersonal se relaciona con las interacciones que establecemos con otras personas; es decir, con la capacidad de empatizar, trabajar en equipo, resolver problemas y ayudar a los demás. 8) La inteligencia intrapersonal hace referencia a la capacidad de conocerse a sí mismo y autocontrolarse; de plantearse metas, evaluar habilidades y desventajas personales, controlar el pensamiento, desarrollar una autoestima fuerte, tener autoconfianza y control emocional. A pesar de que la Teoría de las Ocho Inteligencias le ha aportado a Gardner un gran reconocimiento internacional —se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011—, sigue el debate científico sobre las inteligencias múltiples, pues no hay estudios que avalen que su aplicación tenga efectos positivos en el aprendizaje de los niños. Además, los científicos señalan que el cerebro no trabaja por separado sino en conjunto, por lo que más que hablar de "múltiples inteligencias" deberíamos hablar de múltiples "habilidades" o "talentos". Autor: VVAA.
NEUROSIS
Los tipos de neurosis que Viktor Frankl describió en función de las causas que las provocan. 1) Noógena: La logoterapia es específica para la neurosis noógena, que surge como consecuencia del vacío existencial, de la no satisfacción de la dimensión espiritual humana. Cuando una persona no consigue dar significado a su sufrimiento siente desesperanza y una sensación de pérdida de significado vital; Frankl llama neurosis noógena a esta situación. 2) Colectiva: Las neurosis de este tipo afectan a un gran número de personas que comparten la misma cultura y/o nacieron en una época determinada. Definió cuatro actitudes como neurosis colectivas: el fatalismo (creer que todo tiene causas externas), el fanatismo (idealizar las propias creencias y no tolerar el resto), la falta de atención al futuro y la conformidad o “pensamiento colectivista”. 3) De week-end: Muchas personas tratan de dar sentido a sus vidas a través del trabajo y del ritmo frenético de la semana. Cuando llegan el fin de semana, las vacaciones o la jubilación y se tiene tiempo libre, aparecen sentimientos de apatía, aburrimiento y vacío existencial; en la teoría de Frankl esto se conoce como neurosis de domingo y es considerada un tipo de depresión. 4) De desocupación: La neurosis de desocupación es similar a la de domingo, pero se prolonga durante más tiempo. Cuando una persona no tiene ocupación o trabajo tiende a experimentar un estado de apatía y sentimientos de inutilidad por falta de metas vitales. 5) Psicógena, reactiva, somatogénica y psicosomática: Esta clasificación se refiere a los factores que originan la alteración. Las neurosis psicógenas tienen causas psicológicas, como las actitudes, mientras que las reactivas se deben a una respuesta intensa del organismo a la presencia de síntomas somáticos o psicológicos. Las neurosis somatogénicas se deben a disfunciones biológicas, como el hipertiroidismo o la reactividad excesiva del sistema nervioso. Por último, Frankl llamó “neurosis psicosomáticas” a los síntomas físicos disparados por factores psicológicos; en esta categoría incluyó el asma.
Autor: VVAA.
QUETIAPINA
Mortalidad en pacientes con demencia tratados con antipsicóticos atípicos (olanzapina, quetiapina y ziprasidona).
L.Martínez Martínez, M.R.Olivera Fernández, G.Piñeiro Corrales.
Abstract
Introducción: Los antipsicóticos atípicos (AA) quetiapina, olanzapina y ziprasidona se utilizan para el tratamiento de trastornos conductuales asociados a demencia. Esta indicación no figura en su ficha técnica. El objetivo de este estudio es analizar la relación de estos tratamientos con la mortalidad y otros factores.
Método: Estudio retrospectivo desde marzo de 2005 hasta julio de 2007 de los tratamientos de AA solicitados como uso compasivo. Se registraron datos de mortalidad, edad, antecedentes de cardiopatía o de enfermedad cerebrovascular (ECV), duración y tratamiento por paciente.
Resultados: Los pacientes estudiados fueron 289. La mortalidad fue del 31,1%. Se constató mayor mortalidad en los pacientes con antecedentes de enfermedad cardiovascular y en los que usaron olanzapina. La quetiapina fue el antipsicótico más prescrito.
Conclusiones: La utilización de AA en ancianos puede tener riesgos que superen los beneficios. Cuando se prescriben en pacientes de riesgo deben considerarse las alertas sobre su seguridad y la individualidad de cada paciente. De acuerdo con nuestros datos, la olanzapina parece entrañar un mayor riesgo que la quetiapina y la ziprasidona.
Palabras clave: Agentes antipsicóticos atípicos, Quetiapina, Olanzapina, Ziprasidona, Riesgo cardiovascular, Demencia, Mortalidad, Reacciones adversas a medicamentos.
Copyright © 2009 Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Completar con: "Aspectos diferenciales de comorbilidad en pacientes ancianos con demencia tipo Alzheimer o con demencia vascular". F.Formiga, I.Fort, MJ.Robles, S.Riu, D.Rodríguez - Rev Neurol, 2008.
REFLEJO DEFENSIVO O INHIBICIÓN DE LA ACTIVIDAD NEURONAL ANTE ESTÍMULO NOCICEPTIVO INTENSO
Una forma sencilla de aprendizaje es el condicionamiento clásico o Pavloviano. Como demostró el psicólogo Ivan Pavlov a finales del siglo XIX, si se presentaba comida a un perro y al tiempo se hacía sonar una campanilla, el animal terminaba reaccionando al sonido sólo igual que reaccionaría a la vista de la comida. Esta forma de aprendizaje se produce de forma parecida en casi todos los animales, incluso en algunos muy sencillos.
Aplysia californica es un gasterópodo marino que tiene un sistema nervioso muy sencillo, y que se ha utilizado mucho para el estudio de la función neuronal. En este animal, si se aplica un estimulo nociceptivo potente, como un pinchazo o un choque eléctrico en la cola, se produce retracción de las branquias. Este es un reflejo defensivo, que tiende a proteger esta estructura de un posible daño. En cambio, un estímulo táctil ligero en el sifón no produce esta retracción. Pero si se aplica de forma repetida un estímulo sobre el sifón al mismo tiempo que se produce un estímulo nociceptivo, llega un momento en que sólo un estímulo táctil ligero produce la retracción de las branquias. Este es un reflejo condicionado clásico, semejante al que describió Pavlov en los perros.
SEXUALIDAD
El marco ideológico en el que hoy se sitúa la sexualidad en muchos ambientes tiene tres notas negativas que debemos combatir: el agnosticismo (ignora su vertiente espiritual), el utilitarismo (enaltece lo útil y placentero como esencial) y el positivismo (el sexo por si mismo, sin mas). Unos han preferido concentrarse en detalles técnicos; otros han buscado una mejor expresión de las necesidades sexuales; algunos han querido desmitificar el sexo, restándole importancia como cosa natural que es; y otros han preferido indagar en los medios para incrementar el placer. Todos ellos, sin embargo, han coincidido en un punto: la sexualidad humana es variada, exclusiva de nuestra especie, pero guarda un poso animal en su impulso de base. Independientemente del punto de vista , casi todos los autores señalan, por una razón o por otra, que hay que evitar dejarse dominar por ese impulso instintivo que priva a la sexualidad de sus mejores facetas y convierte la relación de pareja en un mero choque sexual para satisfacer un apetito apremiante. Por desgracia, estas sugerencias no parecen haber prendido en la sociedad moderna, agobiada por la inmediatez, el hedonismo y el consumismo. El sexo se ha convertido, desde la década de 1980, en un artículo mas de consumo masivo y por eso proliferan todo tipo de negocios relacionados con el sexo puro, en su vertiente animal, sin entrar a considerar aspectos superiores. Pornografía, prostitución, teléfonos eróticos… Son formas de sexualidad en las que no existe una verdadera relación humana (a veces ni siquiera hay un contacto físico), sino solo la descarga de una necesidad gobernada por el instinto. Alcanzado el placer físico, la persona se siente vacía –como siempre que se realiza un deseo de manera impulsiva- y esto produce sentimientos de culpa, obsesión y neurosis.
Autor: Prof. Enrique Rojas, Catedrático de Psiquiatría y Director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas.
SOMATOTIPOS Y PREDISPOSICIÓN
La mayor susceptibilidad de ciertos individuos para ciertas inclinaciones psíquicas y enfermedades da lugar al concepto de predisposición. Estas condiciones predisponentes pueden estar relacionadas con el sexo, la edad o la raza. Así por ejemplo, hay predisposición del sexo masculino para la úlcera y cáncer gástrico; del sexo femenino, para la litiasis de la vesícula biliar; de los niños, para los sarcomas y de los adultos, para los carcinomas; de las mujeres de raza negra, para los miomas uterinos; de la raza judía, para la enfermedad de Gaucher. En algunos casos, como en los somatotipos, la predisposición está relacionada con antígenos del sistema de histocompatibilidad mayor. Los rasgos temperamentales permanecen siempre, pero pueden ser controlados y racionalizados por medio de los recursos morales que constituyen lo que llamamos carácter. Una persona de carácter significa una persona que controla sus tendencias naturales. Por eso el carácter es una segunda naturaleza. Precisamente la misión de la educación no es otra que autocontrolar el carácter por medio de las virtudes.
La constitución puede definirse como el conjunto de los caracteres del fenotipo determinados por el genotipo. La constitución no se modifica, por lo tanto, por acción de factores ambientales, como la alimentación, ejercicio, etcétera. La idea de constitución en el sentido referido se halla ligada a la de los tipos constitucionales o biotipos, según la cual los individuos pueden agruparse en torno a pocos tipos de rasgos físicos y psíquicos característicos. Los sistemas tipológicos usados hoy más frecuentemente son el de Kretschmer y el de Sheldon, en cada uno de los cuales se distinguen tres tipos básicos: en el de Kretschmer, pícnico, atlético y leptosómico; en el de Sheldon, endomorfo, mesomorfo y ectomorfo. Kretschmer partió de enfermos mentales, en que notó que ciertas psicosis se daban preferentemente en individuos de ciertos rasgos físicos; posteriormente extendió sus observaciones a individuos normales. En la teoría de Kretschmer, lo físico y lo psíquico se investigan como dos aspectos de un mismo individuo; los biotipos representan aquí tipos globales. Sheldon caracteriza las psicosis desde el punto de vista de la constitución, no por el predominio de un componente, sino por su insuficiente representación. En los somatotipos de Sheldon los componentes se indican en el siguiente orden: endomorfismo, mesomorfismo, ectomorfismo, y cada uno se expresa en una escala de uno a siete, de lo que resultan 343 combinaciones posibles. Sheldon encontró una representación concreta en el grupo estudiado, de sólo 76 combinaciones; la suma del valor de cada componente osciló entre 9 y 12 (inclusive). Aproximadamente sólo un 10% de los individuos representaba un somatotipo puro o casi puro (con un componente de 7 ó 6). Es decir, la mayor parte de los individuos son mixtos en el sistema de Sheldon.
TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad)
Los resultados de los metanálisis indican que el metilfenidato puede mejorar los síntomas del TDAH y el comportamiento general informados por el profesor, así como la calidad de vida informada por los padres, entre los niños y adolescentes con diagnóstico de TDAH. Sin embargo, la baja calidad de las pruebas que los sustentan significa que no es posible tener seguridad acerca de la magnitud de los efectos. En los períodos de seguimiento cortos característicos de los ensayos realizados, hay algunas pruebas de que el metilfenidato se asocia con un aumento en el riesgo de eventos adversos no graves, como los problemas del sueño y la disminución del apetito. Pero no hubo pruebas de que aumentara el riesgo de eventos adversos graves. Se necesitan ensayos mejor diseñados para evaluar los efectos beneficiosos del metilfenidato. Estos ensayos utilizan una sustancia similar a placebo que provoca eventos adversos en el grupo control que son equivalentes a los asociados con el metilfenidato. Sin embargo, por razones éticas, dichos ensayos primero se deben realizar con adultos, que pueden dar el consentimiento informado. Los ensayos futuros deben publicar datos individuales no personalizados de los participantes e informar todos los resultados, incluidos los eventos adversos. Lo anterior permitirá que los investigadores que realizan revisiones sistemáticas evalúen las diferencias entre los efectos de la intervención según la edad, el sexo, las comorbilidades, el tipo de TDAH y la dosis. Finalmente, los resultados destacan la necesidad urgente de ECA grandes de tratamientos no farmacológicos.
Cfr. COCHRANE - https://www.cochrane.org/es/CD009885/BEHAV_efectos-beneficiosos-y-perjudiciales-del-metilfenidato-para-ninos-y-adolescentes-con-trastorno-de
TERAPIA PARA LA REESTRUCTURACIÓN DE LA PERSONALIDAD
Las terapias cognitivo-conductuales persiguen la vinculación del pensamiento y la conducta, y recogen los aportes de distintas corrientes dentro de la psicología científica, como aplicación clínica, de la psicología cognitiva y la psicología conductista. Este modelo acepta la tesis conductista de que la conducta humana es aprendida, pero aclarando que este aprendizaje no consiste en un vínculo asociativo entre estímulos y respuestas, sino en la formación de relaciones de significado personales, esquemas cognitivos o reglas. Igualmente los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales están relacionados, de modo que un cambio en uno de ellos afecta a los otros dos componentes. En esa relación mutua las estructuras de significado (esquemas cognitivos) tendrían un peso fundamental, pues representan la organización idiosincrática que tiene cada persona sobre lo que significa su experiencia, los otros y el yo. Durante el proceso terapéutico el terapeuta se vale de diversas estrategias que tienen por objeto la flexibilización y modificación de los esquemas disfuncionales y los pensamientos automáticos que se desprenden de estos. Este proceso está guiado por tres principios técnicos básicos: el empirismo colaborativo, el descubrimiento guiado y el diálogo mayéutico. La reestructuración cognitiva es una estrategia general de las terapias cognitivo-conductuales, destinada a modificar el modo de interpretación y valoración subjetiva, mediante el diálogo mayéutico o la logoterapia, la modelación y la práctica de hábitos cognitivos nuevos. La Terapia Racional-Emotiva Conductual (Albert Ellis) y la Terapia Cognitiva (Aaron T. Beck) son modelos de abordaje clínico, donde la reestructuración cognitiva figura de modo prominente. Para un aprovechamiento completo de las terapias cognitivas, resulta indispensable perseguir la vinculación armónica de pensamiento, afectividad y conducta, enfocándolas a la reestructuración de la totalidad de las dimensiones de la personalidad —somática y mental, cognitiva y no cognitiva, afectiva y social—, sin descuidar la dimensión espiritual o trascendente de la persona.
Autor: VVAA.
TRASTORNO EXPLOSIVO INTERMITENTE
Consiste en la aparición de episodios aislados de impulsos agresivos, que suelen dar como resultado conductas violentas hacia los demás o de destrucción de objetos. La persona reacciona, de una forma excesiva, ante ciertas situaciones con una ira descontrolada, experimentando una sensación de alivio durante el arranque de rabia y luego siente remordimientos y sentimientos de culpa por sus acciones. Un pequeño incidente puede desencadenar este episodio de agresividad desmedida, pasando después a un estado de ánimo deprimido y de culpa. Este “ataque”, como lo describen muchos de los pacientes, suele remitir rápida y espontáneamente. En ocasiones, pueden culpar a los demás. Esto es un mecanismo de defensa para no tener que reconocer la responsabilidad del acto violento, aunque deviene en un sentimiento de culpa posterior.
Toni tiene 30 años, está casado y a punto de tener un hijo. Él reconoce que este problema lo ha tenido siempre, pero que con los años ha ido a más. “A veces me asusto de mi mismo” manifiesta llorando. “Me da miedo llegar a golpear a mi mujer violentamente”. En la adolescencia tuvo varias peleas violentas. Actualmente describe así su trastorno: “ante algo insignificante, como que mi mujer no me conteste a la primera cuando le hago una pregunta, noto como si se me encendiera un interruptor y noto una sensación interna que no puedo controlar, lo único que me alivia es gritar, dar portazos y destrozar todo lo que encuentro en mi camino… Mientras descargo toda mi ira estoy bien, pero a los pocos minutos me quiero morir, me siento como un animal y me siento muy culpable cuando hago a mi mujer llorar. Ella no se merece esto… Nunca le he puesto una mano encima, pero a veces me asusto de mí mismo y más ahora que estoy a punto de ser padre…”.
El tratamiento de este trastorno suele combinar la psicofarmacología y la terapia cognitivo conductual. Es importante entrenar a la persona en técnicas psicológicas que ayuden a controlar esa impulsividad.
Autor: VVAA.
TRASTORNOS RAROS DEL SISTEMA NERVIOSO Y LA ESTRUCTURA PSÍQUICA DE LA PERSONALIDAD
Algunas de esas enfermedades raras pasan desapercibidas en la infancia y la adolescencia, al margen de su gravedad.
1. Insensibilidad congénita al dolor — Esta enfermedad se explica por una anomalía genética que impide sentir dolor, calor o frío. Los enfermos tienen, además, alteraciones de la sudoración, lo que causa episodios de fiebre. Afecta de forma grave al sistema nervioso. Al no sentir los estímulos, los enfermos pueden autolesionarse con mayor facilidad. Muchos de sus síntomas aparecen tarde.
2. Alexitimia — Es un desorden psíquico caracterizado por la incapacidad para identificar, reconocer y expresar emociones y sentimientos. Quienes lo padecen son personas con dificultades para reaccionar con prontitud ante las exigencias morales y con escasa capacidad de iniciativa. Esta clase de enfermos no alcanza a comprender las repercusiones de su trastorno, interpretan su malestar de un modo confuso; entonces tensan los músculos, se acelera el ritmo cardíaco, experimentan dificultad respiratoria, adoptan una actitud de inexpresividad facial y postural, semblante rígido, mutismo o incomunicación verbal y bloqueo. Las emociones intensas tienden a ser incontroladas. Una de las claves para detectar que alguien presenta el cuadro de alexitimia puede verse en las somatizaciones que padece: hiperhidrosis palmar, asma nerviosa, dolor cervical, lumbalgia, herpes, eccemas, dolores de cabeza, fibromialgia.
3. Distimia — El trastorno depresivo persistente, también llamado distimia, es una forma de depresión continua y a largo plazo (crónica). El paciente pierde interés en las actividades normales de la vida cotidiana, se siente desesperanzado, se vuelve improductivo y tiene baja autoestima. Afecta en gran medida las relaciones y al rendimiento académico y laboral. Hoy sabemos que existen dos factores desencadenantes de las distimias exógenas: los macrotraumas, hechos de la vida negativos y duros que marcan el carácter de una persona. Por otro lado, los microtraumas, son vivencias de menos importancia en su intensidad pero que sumadas forman una constelación de ingredientes negativos, que hacen que esa persona se deslice como a través de una rampa descendente hacia la depresión.
4. Esclerosis lateral amiotrófica — La esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que en 2014 originó una enorme corriente de solidaridad a través de la campaña del cubo helado, es una enfermedad neurodegenerativa que causa una pérdida progresiva de las neuronas motoras, acompañada de un deterioro muscular asimétrica de los miembros. Causa minusvalías crecientes y, a falta de tratamiento, conduce a la muerte en un plazo que no suele superar los cinco años.
5. Las líneas de Blaschko — Son manchas cutáneas que se manifiestan en determinados casos al aparecer algunas enfermedades dermatológicas. Pueden tener forma de "V" en la espalda y de "S" en el pecho. Esta enfermedad afecta sobre todo a niños. Al parecer, su aparición responde a algún tipo de mosaico genético dependiente del cromosoma X.
6. Tricotilomanía — Esta enfermedad es un trastorno de la conducta consistente en arrancarse el cabello o los vellos del propio cuerpo. Puede llegar a ser compulsivo y causar pérdidas de cabello graves y alopecia. Es una enfermedad difícil de tratar, que aparece generalmente al final de la infancia y principio de la pubertad y puede estar motivado por depresión o estrés.
7. Síndrome de Moebius — Es una enfermedad neurológica congénita que se caracteriza por el desarrollo incompleto de dos nervios craneales, lo que afecta al sistema nervioso y origina parálisis facial y falta de movimiento en los ojos. Los enfermos tienen dificultades de habla, aunque, salvo por las dificultades propias del síndrome, el desarrollo intelectual no suele quedar afectado. En España nacen cada año 3 ó 4 niños con este síndrome.
8. Síndrome de Gilles de la Tourette — Esta enfermedad se caracteriza por movimientos rápidos, repetitivos, en forma de 'tics', tanto motores como vocales. Suele aparecer en la infancia, aunque en muchos casos desaparecen en el tránsito a la adolescencia. Es mucho más raro en la edad adulta.
9. Agnosia — En las conductas agnósticas el sujeto desarrolla una acción de represión consciente o inconsciente de las tendencias morales innatas subconscientes, o por medio de un exceso de análisis o actividad reflexiva (hiperreflexión) o por insuficiencia de esta misma actividad (hiporreflexión), lo cual se lleva a cabo a expensas de una correcta estructuración del carácter, que se va construyendo así sin recursos. Si la reprensión de las tendencias morales es inconsciente, la conducta agnóstica puede ocasionar una neurosis noógena (Viktor Frankl). Cuando la reprensión es consciente, tenemos una hipertrofia de la racionalidad científica (racionalismo) en forma de escepticismo o de pensamientos patógenos.
10. Dislateralidad — Existe una confusión muy difundida según la cual la orientación motora es indiferente, sin embargo es muy recomendable corregir la lateralidad cruzada, en favor de una clara dexteralización, sobre todo por lo que se refiere a la grafomotricidad. Esto supone reforzar las bases prelaterales. El uso definitivo de la mano derecha es culturalmente conflictivo e incluso puede manifestar un rechazo. A pesar de disponer de una capacidad neuronal de grandes recursos, con ambos hemisferios cerebrales muy activos, sólo un predominio lateral diestro resulta beneficioso para un aprendizaje académico sin retrasos o alteraciones.
11. Dislalia — Este trastorno del lenguaje se manifiesta con una dificultad de articular las palabras y que es debido a malformaciones en los órganos que intervienen en el habla o en la escucha o perturbaciones en la organización sensocial del Sistema Nervioso. Puede corregirse por medio de diversos métodos de estimulación neurosensorial, entre los que destaca por su eficacia el del otolaringólogo doctor Alfred Tomatis.
12. Esquizofrenia — La OMS define la esquizofrenia como un grupo de psicosis en las que se presenta una deformación de la personalidad, una distorsión del pensamiento, una sensación de ser dominado por fuerzas extrañas, con perturbaciones de la razón (delirios) que pueden ser extravagantes, percepción perturbada (alucinaciones), alteraciones de la afectividad que no se ajustan a la situación real y una concentración patológica de la atención en la propia intimidad, con el consiguiente desinterés respecto del mundo exterior (autismo). Los llamados síntomas negativos de esta terrible enfermedad son aquellos que se originan por ausencia de elementos normales en el funcionamiento cerebral e incluyen los siguientes: aplanamiento afectivo, alogia (pobreza en el lenguaje y en el contenido del pensamiento), apatía, anhedonia (incapacidad para sentir placer), insociabilidad y dificultad en la atención. Actualmente se han logrado grandes progresos en el tratamiento de este trastorno, combinando la psicofarmacología y la psicoterapia.
13. Elefantiasis — Esta enfermedad causa un aumento anormal y considerable de algunas partes del cuerpo, especialmente de las extremidades inferiores y los órganos genitales externos, lo que origina a la vez discapacidad y estigmatización social. Se trata de una enfermedad tropical, que se produce por la transmisión de unos parásitos denominados filarias a través de mosquitos, lo que causa daños en el sistema linfático, especialmente en la infancia.
14. Progeria — La enfermedad de 'Benjamin Button', se caracteriza por un envejecimiento acelerado y prematuro. Afecta aproximadamente a uno de cada siete millones de personas en el mundo, generalmente a niños. Los afectados suelen tener dificultades de crecimiento y desarrollar un cráneo de gran tamaño en relación a la estatura. Además, aparece alopecia, piel arrugada y rigidez articular. No tiene cura ni tratamiento y en la mayoría de los casos las personas que lo padecen no superan los 15 años de vida.
Autor: VVAA.
TRASTORNOS O ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS
El término psicosomático alude a un concepto que hasta el día de hoy se muestra como confuso y poco delimitado. A grandes rasgos podemos decir que hay tres formas de concebir la patología psicosomática, no siendo claros los límites de su abordaje y no encontrando aún su ubicación nosológica.
Con una concepción muy amplia se puede plantear que la medicina psicosomática alude a que los factores psicológicos tienen influencia sobre las enfermedades. Esto corresponde a una concepción holística del individuo, es decir una forma de considerarlo globalmente. Estamos entonces frente a un enfoque biopsicosocial de la enfermedad, donde cada uno de estos factores (el biológico, el psicológico y también el social) deben ser tomados en cuenta para poder entender la enfermedad y tratarla.. Pero en este sentido podríamos decir que todas las enfermedades son psicosomáticas. No creo que avancemos mucho en el concepto de psicosomática con esta definición. El propio enunciado está compuesto por dos términos: psíquico (relativo a la psique que es el conjunto organizado de los procesos concientes e inconcientes) y somático (relativo al cuerpo conjunto formado por cabeza, tronco, extremidades y órganos en ellos contenidos). Este término entonces intenta unir lo que se ve como una brecha. La búsqueda de esta unión no es nueva. La patología humoral de Hipócrates donde se relacionaban los cuatro humores: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema con cuatro temperamentos: el sanguíneo, el melancólico, el colérico y el flemático, fue un intento en tal sentido. Luego Aristóteles y Galeno que a través de la íntima unión entre el alma y el cuerpo planteaban como las perturbaciones del alma, llamadas pasiones, podían generar enfermedades. Debemos recordar también la frase de Juvenal “mens sana in corpore sano” que rescata la importancia del cuidado del cuerpo para poder estar sano mentalmente. En toda época el médico se ha encontrado frente al hombre enfermo y ha intentado comprenderle en su totalidad y esto incluye la esfera psíquica. De todas maneras esto que es tan obvio se descuida debido a una formación posiblemente muy parcial en medicina, a la creciente tecnificación y a las condiciones laborales impuestas actualmente.
La enfermedad psicosomática se ha planteado también como equivalente a los actuales trastornos somatomorfos (según el DSM IV) y que pensamos corresponde a otra entidad nosográfica clásica, la histeria. Los trastornos somatomorfos se caracterizan por la presencia de factores psicológicos y síntomas físicos pero no hay una enfermedad médica que explique completamente la presencia de los síntomas físicos. La principal diferencia entre la histeria y la enfermedad sicosomática es que en la primera no hay alteración orgánica, aparece la disfunción sin sistematización anatómica. Si bien un síntoma histérico puede llevar a una lesión orgánica, por ejemplo una parálisis conversiva que ocasione una atrofia por inactividad, esta consecuencia se debe al síntoma conversivo (la parálisis) y no a la conflictiva emocional subyacente. El concepto de enfermedades sicosomáticas deberá ser aplicado a las enfermedades en parte psíquicamente determinadas en las que se produzca una alteración orgánica
Por último creemos que los trastornos psicosomáticos son aquellos en los cuáles existen factores psíquicos que generan cambios orgánicos que son el sustrato corporal de la enfermedad, por ejemplo asma, hipertensión arterial, úlcera péptica, colitis ulcerosa, que son algunas de las clásicamente descriptas por Alexander. Debemos aclarare que estas enfermedades son multifactoriales y por lo tanto lo psíquico es sólo uno de los mecanismos implicados en la génesis de estas patologías.
Como ya planteamos las enfermedades psicosomáticas no han encontrado aún un claro nicho nosológico. Creemos que en la clasificación multiaxial actual (DSM) se codificarían como factores psicológicos que afectan el estado físico. En este caso se debe contar con uno o más factores psicológicos o comportamentales específicos que afectan de un modo adverso al estado médico general. Lo pueden hacer precipitando o exacerbando los síntomas de la enfermedad al provocar respuestas fisiológicas relacionadas con el estrés. Esta categoría del DSM IV se reserva para las situaciones en las que los factores psicológicos tienen un efecto clínicamente significativo sobre el curso o la evolución de la enfermedad, separando a estas enfermedades del resto. Recordemos que en todas las enfermedades los factores psicológicos juegan un rol importante. Debe existir evidencia razonable para sugerir una asociación entre éstos y el estado físico aunque no sea posible verificar los mecanismo subyacentes de la relación.
Lo que nos debemos plantear entonces es cuáles son estos factores psicológicos y a través de que mecanismos determinan el daño.
Podemos aplicar el concepto de vulnerabilidad estrés, que no es privativo de esta patología pero aquí encuentra mucho sentido. Existiría una vulnerabilidad que está dada por una fragilidad a nivel de la personalidad. La personalidad de un individuo se expresa a través de las estrategias que puede utilizar para enfrentar las circunstancias vitales, ya sean adversas o no. Se describen rasgos de esta personalidad que fortalecerían al individuo frente al estrés, por ejemplo, la flexibilidad en las relaciones sociales, la aceptación de los problemas en forma activa y decisiva, el autocontrol. Estos elementos permiten que el individuo sea capaz de resolver los conflictos que puedan aparecer entre él y el mundo sin un costo emocional elevado y sin generar enfermedades. Diferentes investigadores han intentado describir un perfil específico de personalidad para estos pacientes. Así Helen Dunbar, la fundadora de la medicina psicosomática moderna en 1943 propuso la primera definición de lo que hoy se conoce como personalidad tipo A de los pacientes con afecciones cardiovasculares donde la impaciencia, el apremio, la ira, la hostilidad y el cinismo podrían ser predictores de enfermedad coronaria. En 1948 Jurgen Ruesch caracterizó la personalidad infantil con rasgos de pasividad, dependencia, impulsividad, somatización de sus estado afectivos, tendencias masoquistas y limitación de sus aptitudes sociales e interpersonales. No pueden comunicar su padecimiento emocional de una forma madura y su funcionamiento interpersonal es ineficaz. Aparece el concepto de alexitimia (A: privativo, falta; Lexis: lenguaje, palabras; Timos: emocón) de Sifneos (1972) para designar la incapacidad que tienen algunas personas de verbalizar y expresar sus afectos, así como de elaborar fantasías. Otro autor P. Marty habla de “pensamiento operativo” cuando plantea que hay personas que pueden operar técnicamente bien con la realidad pero totalmente escindidos del mundo interno de los afectos. Kristal habla de anhedonia como la incapacidad de experimentar bienestar y placer. Estas dificultades, que no son exclusivas de pacientes psicosomáticos, hacen que éstos desarrollen una “coraza” contra el dolor psíquico y esto a costa del sufrimiento físico. Se adaptan rígida y estereotipadamente a la realidad externa con pérdida de espontaneidad, fantasía y goce.
Esta estructuración de la personalidad se realiza a lo largo del desarrollo del individuo desde su nacimiento y en ella intervienen desde los factores genéticos hasta la interrelación con el entorno.
Estos individuos son incapaces de utilizar los mecanismos de defensa que normalmente se ponen en juego ante una situación traumática.
La vulnerabilidad psíquica al estrés está dada entonces por los rasgos de personalidad ya planteados.
También existe una vulnerabilidad biológica . Junto a la predisposición genética, los eventos adversos tempranos (afecciones sistémicas, malnutrición, maltrato infantil, desamparo, conflictos vividos a nivel imaginario) influyen en el modelado (troquelado en el sentido de Lorenz) de las estructuras del SNC generando un fenotipo vulnerable que estaría dado por una hiperactividad límbico hipotalámo hipofiso adrenal, una hiperactividad noradrenérgica y un aumento de la neurotoxicidad y disminución de la neurogénesis a nivel hipocampal. Ya vimos la vulnerabilidad, en cuanto a los estresores Rahe realizó una escala de reajuste social donde coloca en orden decreciente de importancia diversos estresores.
Escala de Rahe
Muerte del cónyuge.
Divorcio.
Separación.
Encarcelamiento.
Muerte de un familiar próximo.
Enfermedad grave o lesiones.
Matrimonio.
Pérdida de empleo.
Jubilación.
Hay diversas formas de afrontar el estrés lo que se muestra en el modelo de estrés afrontamiento. Esta modelo (hipotético) intenta explicar el procesamiento físico y mental de la experiencia estresante. Las personas que experimentan un estrés vital reciente utilizan ciertas defensas psicológicas que les permiten plantearse estrategias de afrontamiento exitosas (como ya lo vimos cuando hablamos de la personalidad).
El estresante produce una valoración cognitiva primaria donde se valora si algo está en juego: si el encuentro es irrelevante, positivo o negativo.
Luego se da una valoración cognitiva secundaria donde se evalúa como podría solucionarse o prevenir el daño o mejorar las perspectivas de beneficio.
La valoración primaria y secundaria siguen un proceso continuo denominado reevaluación.
El afrontamiento son los esfuerzos conductuales y cognitivos que realiza el individuo para controlar el estrés.
Hay mediadores que son los factores individuales, físicos (edad, sexo) o psicológicos ( personalidad, sicopatología), así como ambientales ( apoyo social, nivel económico) que influyen en lo anterior.
En este interjuego aparecen respuestas psicológicas o fisiológicas.
Las psicológicas pueden ser positivas (felicidad, optimismo, tranquilidad) o negativas ( ansiedad, depresión, confusión, desamparo, desesperanza y cansancio).
Las respuestas fisiológicas son las que median entre el estrés y el daño orgánico. Existen evidencias de que los procesos psicosociales afectan al sistema nervioso central, que a su vez puede suprimir la actividad inmune.
En general el hipotálamo ejerce el control nervioso sobre el eje hipotálamo-hipófiso-adrenal y el simpático- adreno-medular (SAM).
El hipotálamo secreta vasopresina y factor liberador de corticotropina (CRF) lo que potencia la liberación de hormona corticotropina (ACTH) de la hipófisis anterior que induce la secreción de corticoides de la corteza adrenal lo que produce depresión general del sistema inmune.
El CRF también induce la secreción hipofisaria de encefalinas y endorfinas las que podrían aumentar la actividad de células natural killer (NK) y suprimir las blastogénesis de células T.
La ACTH y el CRF ejercen efectos directos sobre la inmunidad. La ACTH disminuye la formación de anticuerpos, produce atrofia del tejido linfoide.
El CRF activa el simpático reduciendo la actividad NK esplénica.
También influyen en la inmunidad las catecolaminas (epi y norepinefrina) liberadas a través del SAM.
En el tratamiento los objetivos son disminuir las crisis o empujes, acortar la duración de las mismas y evitar en lo posible la repercusión de los trastornos en el desarrollo personal del paciente.
Se debe lograr una buena relación médico-paciente y tener un encare global del mismo. Es importante realizar una adecuada psicoeducación explicando las características de la enfermedad, los desencadenantes y los agravantes. El paciente deberá mantener un rol activo en el tratamiento. Se utilizarán estrategias de afrontamiento del estrés, relajación muscular. De ser necesario se pueden utilizar benzodiacepinas. Se buscará el apoyo social.
La derivación al psiquiatra se realizará para descartar trastornos concomitantes y para el posible inicio de una psicoterapia que en principio será de tipo cognitivo-conductual (estrategias de afrontamiento, reorientación de la atención, reestructuración cognitiva).
Vamos a ver algunas de las patologías sicosomáticas.
A nivel gastrointestinal utilizaremos como ejemplo el colon irritable. Esta patología fue descripta por primera vez en 1820, desde ese momento la asociación de síntomas intestinales con estresores psicológicos se ha evidenciado muchas veces. Corresponde al 11% de todos los diagnósticos gastrointestinales y es más frecuente en la mujer y en la raza blanca. Los síntomas aparecen gradualmente desde la adolescencia y el inicio de la edad adulta. Se diagnostica por dolor abdominal que se alivia con la defecación o se asocia con cambios de la consistencia o frecuencia de las deposiciones. Es un dolor vago la mayoría de los pacientes refieren múltiples zonas dolorosas. Alteración del tránsito intestinal (constipación, urgencia o sensación de evacuación incompleta). Paso de moco. Plenitud o sensación de distensión abdominal. Los síntomas de colon irritable coexisten con otros que sugieren disregulación del sistema nervioso autónomo como astenia, palpitaciones, hiperventilación, ansiedad, mareos, palmas sudorosas, polaquiuria, disuria. Algunos autores plantean que el dolor se debe a disfunción en la inervación visceral aferente (sensorial) y otros a disfunción motora. Los síntomas intestinales se consideran secundarios a las alteraciones de la función motora gastrointestinal. Las anomalías sensitivas y motoras identificadas en pacientes con síndrome de colon irritable desaparecen durante el sueño, esto, junto con la observación de la necesidad de un estímulo central para que se expresen las anomalías motoras típicas apoyan la idea de que el síndrome podría representar un trastorno mediado por el SNC o una alteración de las interacciones entre sistema nervioso entérico y SNC.
Con respecto a lo psicológico el 50% de los pacientes encuentran un desencadenante emocional de la sintomatología.
Estos estresantes son sobre todo laborales en el hombre y familiares en la mujer. La población con colon irritable tienen un número de consultas mayor así como más síntomas no gastrointestinales que la población control. La búsqueda del médico algunos autores plantean que es debida a alteraciones psicológicas no relacionadas con el síndrome. Hay una incidencia elevada de enfermedades psiquiátricas en estos pacientes, hasta de 70%, principalmente depresión y ansiedad. El colon irritable es una afección crónica caracterizada por remisiones y exacerbaciones. La mejor evolución se en el hombre con constipación predominante y antecedentes más breves de enfermedad y en aquellos con inicio muy agudo de la enfermedad. El tratamiento se realiza principalmente con antiespasmódicos, anticolinérgicos y agentes que aumenten el volumen. En lo psicofarmacológico se utilizan principalmente antidepresivos y benzodiacepinas, debemos tener en cuenta la elevada comorbilidad con depresión y ansiedad. En lo psicoterapéutico se utilizan técnicas cognitivo conductuales. Se enseña la relación entre eventos vitales estresantes y síntomas intestinales y estrategias para afrontar estas dificultades. Se realizan también técnicas de relajación y entrenamiento cognitivo centrado en la reducción general del estrés. Los médicos internistas deben dedicar tiempo a educar al paciente acerca de los factores alimenticios, farmacológicos y ambientales que determinan los síntomas gastrointestinales. Se debe alejar el temor al cáncer y ayudar al paciente a enfrentar las situaciones desencadenantes obvias.
En lo dermatológico vamos a hablar de la psoriasis. La tercera parte de los pacientes que concurren a una consulta dermatológica tienen alguna manifestación psicológica significativa. En casi todas las enfermedades cutáneas idiopáticas crónicas, recurrentes e inflamatorias existe un subgrupo importante de pacientes que reaccionan con estrés ante su enfermedad. También hay factores físicos como el frío, el clima seco, el uso de jabones ásperos y astrigentes, infecciones bacterianas, el uso de ciertas medicaciones y la exposición a antígenos alergenos, que pueden exacerbar estas enfermedades dermatológicas llamadas psicofisiológicas y dentro de las cuales está la psoriasis. El estrés como ya vimos se refiere a circunstancias externas adversas pero algunos pacientes se sienten estresados por sufrir una afección cutánea sintomática y antiestética, caen en un círculo vicioso donde el estrés emocional provocado por la enfermedad perpetúa la actividad de ésta, en este caso el médico debe definir exactamente la naturaleza del estrés para delinear la terapéutica. La psoriasis es una enfermedad crónica recurrente que afecta la piel y las articulaciones. Tiene un componente hereditario. Las lesiones cutáneas son placas bien delimitadas con escamas gruesas plateadas en las superficies extensoras (codos, rodillas) también pueden encontrarse en cuero cabelludo, pliegue glúteo, palmas, plantas. En la fase activa la enfermedad puede comprometer toda la piel. En casos raros puede haber pústulas difusas, lo que se asocia con fiebre y escalofríos, uñas deformadas y artritis. En el 40 al 50% de los casos es estrés psicológico es importante en el inicio y exacerbación de esta enfermedad. El mecanismo que vincula el estrés con los brotes de psoriasis se centra en ciertos neurotransmisores, como la sustancia P, que se liberan en la piel en respuesta al estrés emocional. La sustancia P ejerce acciones previas a la inflamación como inducción rápida de una glucoproteína que promueve la adhesión de los leucocitos circulantes a los vasos sanguíneos, proceso que se cumple en la formación del las placas psoriásicas. Junto a los tratamientos dermatológicos se utilizaron técnicas de reducción del estrés, meditación, etc. con éxito.
Vamos a analizar ahora la respuesta cardiovascular al estrés.
Ya vimos que el estrés se define como un estado de amenaza a la homeostasis. Las respuestas adaptativas al estrés tienden a restablecer el equilibrio dinámico alterado por factores intrínsecos y exrtrínsecos. Las respuestas se componen de elementos afectivos, cognoscitivos, conductuales y fisiológicos. Los efectos cardiovasculares del estrés ambiental amenazante incluyen aumento de la tensión arterial, volumen minuto, frecuencia cardíaca, consumo de oxígeno miocárdico y flujo sanguíneo del músculo esquelético. La resistencia vascular total, el flujo sanguíneo venoso y la circulación en los sistemas esplácnico, renal y cutáneo están reducidos. El estrés se implicó en el desarrollo de numerosas enfermedades cardiovasculares como isquemia, insuficiencia cardíaca, arritmia, hipertensión, hipotensión, valvulopatía y enfermedades cerebrovasculares. La hipertensión arterial esencial fue una de las primeras enfermedades postuladas como sicosomáticas. Los hipertensos tienen una reactividad cardiovascular incrementada en respuesta al estrés. Se vincula al incremento de frecuencia cardíaca, vasoconstricción y secreción de epinefrina y norepinefrina que provoca el estrés. También existe una retención crónica de sodio. La hipertensos tienen menores niveles de sustancia P que inhibe la liberación de norepinefrina inducida por estrés. Factores psicológicos: Se realizan planteos de que los hipertensos tendrían niveles más elevados y más frecuentes de ira con supresión de ésta. Tienden a no informar sus problemas. Los eventos traumáticos fueron vistos muchas veces como desencadenantes, por ejemplo niveles bajos de ingresos u educación o menor apoyo sociofamiliar. Se plantea la existencia de un patrón de conducta de tipo A, Estos rasgos de personalidad se pueden intentar modificar a través de tratamientos que incorporen una combinación de intervención conductual y métodos de afrontamiento. Los estresores ambientales incluyen superpoblación, confrontación frecuente, amenazas graves recurrentes. Los medios con elevado estrés se caracterizan por transición, cambio de tradiciones, hacinamiento, crimen, desempleo y bajos ingresos. Los ambientes laborales pueden ser muy estresantes. Las alternativas terapéuticas en hipertensos leves o en hipertensiones graves que no responden al tratamiento farmacológico están dadas por cambios en el estilo de vida y en reducción del estrés. Las intervenciones en el estilo de vida se centran en reducir los factores de riesgo cardíaco lo que implica educación, modificación de la dieta, reducción de peso, incremento de la actividad física y abandono de tabaco. Las técnicas de reducción del estrés utilizan clases de control, técnicas de relajación, meditación, relajación muscular progresiva.
Gastritis (un caso)
Paciente 20 años, procedente de Montevideo, vive con padres, hermana mayor e hija de 2 meses. Su pareja permanece algunos días con ella y otros en su casa paterna. La paciente abandonó sus estudios el año pasado, cursaba 6º año liceal. Niega consultas psiquiátricas previas. Es vista en el día de hoy por médico de emergencia médica móvil en su domicilio por dolor epigástrico. La paciente presenta antecedentes personales de gastritis desde hace 3 años con empujes en períodos de estrés que han evolucionado favorablemente con el tratamiento.
Durante la entrevista la paciente permanece acostada con facies de dolor, colabora con el interrogatorio, se mueve permanentemente cambiando de posición y tocándose la región epigástrica quejándose de sus molestias. La sintomatología comienza hace un mes calmando parcialmente con el tratamiento habitual. Refiere inquietud y desasosiego vinculado a su sufrimiento doloroso. Niega episodios críticos de angustia, niega síntomas depresivos. Refiere que es incapaz de cuidar a su niño por el dolor. Ha decidido suspender la lactancia. Se nota irritable e intolerante con el bebé. Planea mudarse a un apartamento con su pareja el que comenzó a trabajar luego del nacimiento de su hijo.
En entrevista con la hermana de la paciente plantea que ésta no asume la responsabilidad de la maternidad, no deseada, dejando al bebé al cuidado de su madre y hermana. La describe como dependiente, introvertida, callada, con pocos vínculos afectivos. Desde su infancia la paciente presenta cuadros abdominales difusos (vómitos, diarreas) frente a situaciones como discusiones de sus padres, peleas con su hermana, el inicio de clases y situaciones de exigencia académica y laboral.
TRATAMIENTO PSICOSOMÁTICO DEL DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH)
El comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud ha decidido no incluir en su lista de medicamentos esenciales (EML) y su versión infantil (EMLc) el metilfenidato, el fármaco más usado para tratar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Según la opinión de los expertos, confirmada por revisiones independientes, hay dudas sobre la eficacia y la seguridad de este producto comercializado como Concerta, Medikinet, Rubifen, Ritalin, Daytrana y Focalin, entre otras marcas.
Un reciente artículo del 'British Medical Journal' (2020) señala que este psicoestimulante es uno de los fármacos más usados en el tratamiento del TDAH, un trastorno psiquiátrico común con tasas de prevalencia global de entre el 3% y el 5% en niños y el 2,5% en adultos. «Aunque el metilfenidato ha sido usado durante más de 60 años, las pruebas sobre los beneficios de este medicamento en niños, adolescentes y adultos con TDAH son inciertas», señala el artículo.
Los autores del estudio, que han asesorado a la OMS en este asunto, advierten de que no hay suficientes pruebas sobre los efectos secundarios de este fármaco y resaltan que son necesarios «ensayos adicionales». «Los ensayos existentes sobre los beneficios y daños del metilfenidato para el TDAH tienen problemas metodológicos. Se deben mejorar las investigaciones clínicas a través de ensayos bien desarrollados, metodológicamente rigurosos, con un enfoque tanto en los beneficios como en los daños», alegan los expertos.
No es la primera vez que surgen estas dudas. La red internacional Cochrane, que realiza revisiones independientes sobre tratamientos médicos o farmacológicos, señaló ya en 2015 que «el metilfenidato se puede asociar con varias reacciones adversas graves, así como con un gran número de reacciones adversas no graves en los niños y adolescentes, que a menudo dan lugar a la retirada del tratamiento. La confiabilidad en la evidencia es muy baja, por lo que no es posible calcular con exactitud el riesgo real de reacciones adversas».
Entre los efectos secundarios de estos fármacos se han descrito dolores de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, pérdida de peso, diarrea, tics, nerviosismo, irritabilidad, insomnio, agresividad, ansiedad, alteraciones en la frecuencia cardiaca y retrasos en el crecimiento, entre otros.
El propio diagnóstico de esta enfermedad genética, que tiene su origen en una alteración de los neurotransmisores dopamina, serotonina y norepinefrina, es controvertido. En diferentes grados, los niños y adolescentes con TDAH tienen dificultades para prestar atención en clase o concentrarse en una tarea, se mueven mucho y presentan un comportamiento impulsivo. Entre las consecuencias atribuidas a este trastorno se encuentran mayores índices de fracaso escolar, accidentes domésticos y de tráfico, adicciones, desempleo y divorcio.
En los últimos años incluso se ha abierto el debate sobre si, en realidad, el TDAH es realmente una enfermedad o, simplemente, una forma de ser problemática pero relativamente frecuente en la infancia y la adolescencia. El hecho de que en países como Estados Unidos se registre una prevalencia muy superior de TDAH (hasta el 10% de la población infantil) hace sospechar que podría estar sobrediagnosticado.
Aunque en España la mayoría de las asociaciones de familiares y afectados están convencidas de la utilidad del tratamiento farmacológico, sólo el tratamiento psicosomático, basado en las terapias individuales y familiares de autocontrol y entrenamiento para la concentración de la atención, es capaz de dar una respuesta fiable, estable y duradera a estos casos.
Autor: VVAA.